El Negro Miguel lideró la primera insurrección de esclavos

El Negro Miguel es ejemplo de conciencia de lo que significa para un pueblo asumir su dignidad humana y luchar para conservarla y defenderla hasta en el momento actual.

Así lo manifestó el doctor en historia Reinaldo Rojas, catedrático, conferencista e investigador venezolano, quien subrayó que más allá del hecho cronológico y de la acción de lucha librada por él contra sus amos y sometedores, presenta la particularidad, como consta en el relato de los cronistas, entre ellos Fray Pedro de Aguado y Fray Pedro Simón, de que su discurso de libertad y contra toda forma de opresión sigue vigente.

En sus expresiones y acciones, antes de la Ilustración, Miguel habla de libertades, antes de que se fundara la Comuna de París; fundó un gobierno dirigido por los oprimidos, antes de Marx y Engels, Y fue capaz de estructurar un Estado.

Ese discurso libertario de Miguel persuadió a los esclavos africanos de acompañarlo y convenció a los indígenas jirajaras, que también vivían en cautiverio en las minas de Buría. Con ellos Miguel armó su ejército y logró derrotar a los españoles que custodiaban la recién fundada ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, para fundar allí su reinado al estilo, tal vez, de los que recordaba de sus antepasados en África.

Comentó que en esa lucha el esclavo en rebelión se ganó el título de “rey Miguel”, “Señor de toda la tierra”, que es el título que el escritor Gilberto Abril Rojas le da a su premiada novela sobre el esclavo insurrecto de Buría.

El profesor Rojas exhortó a la lectura de los relatos de los cronistas, tanto de Simón como de Aguado, que rescatan para la historia el discurso liberador y antiesclavista de “Miguel de Buría”, que es el nombre de la novela escrita por Raúl Agudo Freitez.

Fundó un Estado

Aseveró que se trató de una rebelión antiesclavista que se evidencia en que Miguel no se limitó a huir de sus amos.

Asumió una labor de hostigamiento contra las minas de oro de Buría, donde había estado bajo esclavitud y, finalmente, con aquel pequeño ejército de negros e indígenas que se desprendieron de los esclavistas, invadió la ciudad y proclamó allí su reinado.

“Fundó un pequeño Estado, con su reina, que era su esposa Guiomar, su pequeño príncipe, su casa real, con ministros, oficiales y hasta un obispo”, comenta el historiador.

El catedrático citó las palabras del cronista Fray Pedro Simón para destacar cómo este testigo describe la organización de aquel particular Estado: “El rey Miguel ordenó luego, que en un sitio fuerte y acomodado para la vivienda humana, cercado, se hiciesen casas fuertes a su modo, como hombre que tenía intentos de permanecer en aquel sitio, y hacerse señor de toda la tierra”.

Tales actuaciones siembran el interés en saber quién fue el Negro Miguel,y el investigador responde: “Sobre el Negro Miguel, como individuo, hay muy poca información. Lo que sabemos es que llegó al Real de Minas de San Felipe de Buría en 1551 procedente de Puerto Rico, como parte de un contingente de esclavos, de origen africano, traídos por las autoridades españolas”.

La petición la hizo el obispo de Coro, Miguel Jerónimo Ballesteros, quien solicitó en 1550 el envío “… hasta de treinta… negros mineros para que descubran las minas y secretos de la tierra…”, con la particularidad de que el obispo señalaba en su carta que a tales mineros se les ofreciera la libertad a cambio de los descubrimientos que pudieran realizar.

Agregó que, como señalan los documentos de la época, los españoles habían descubierto minas de oro en la cordillera de San Pedro, de la serranía de Nirgua, a donde llegó este grupo de esclavos en 1551.

“Y ya para 1552, señala el cronista Fray Pedro de Aguado, había en las minas de San Pedro y Buría más de ochenta esclavos, entre los que se encontraba Miguel. Ahora bien, ¿qué lo distinguía a él y a su grupo del resto de esclavos? Que eran mineros, tenían un oficio y eso tenía mucha importancia porque eran trabajadores específicos”, indic.

El entrevistado detalló: “Lo otro es que seguramente era muy joven, tal vez había llegado muy niño a Puerto Rico, y había aprendido muy bien el castellano, al precisar que Fray Pedro de Aguado se refiere a Miguel como un negro muy ‘ladino en la lengua castellana, y aun resabido y entendido en bellaquerías”.

“Eso nos remite a un hombre con cierta preparación, bien hablado y hasta con saberes mágico-religiosos, que es lo que popularmente llaman bellaquerías”, dijo.

Cómo se desarrollaron los hechos

Los cronistas hablan de razones personales que llevaron a Miguel a alzarse contra las autoridades españolas. En ese sentido, hay dos momentos. Miguel se enfrenta a Pedro del Barrio, minero español que quiso castigarlo. Frente a esa situación, el joven se defiende del castigo con una espada y luego huye al monte.

El segundo momento es cuando Miguel, ya oculto en las montañas, según relata el propio Aguado, “con diabólica y depravada intención, comenzó a persuadir a los demás esclavos a que dejando la servidumbre en que estaban, tomasen la malvada libertad que él tenía usurpada”.

Estamos hablando del inicio de la segunda mitad del siglo XVI, que es cuando la monarquía española rescata los territorios de la antigua Provincia de Caracas de manos de los Welser, banqueros alemanes que la habían recibido como pago de deudas que tenía con ellos el rey Carlos V.

Recordó la Capitulación de 1528 y las atrocidades que cometieron los adelantados y capitanes alemanes en estos territorios hasta que pasan de nuevo a manos de las autoridades españolas en 1545.

A partir de allí figuras como Juan de Villegas, fundador de la Nueva Segovia de Barquisimeto, en Buría, empiezan a tomar importancia como colonizadores y fundadores de pueblos y ciudades, acotó.

Miguel viene a una empresa minera de oro y es allí donde se dan los acontecimientos de la rebelión antiesclavista de 1552, a mediados del siglo XVI, antes de Andresote, José Leonardo Chirino, Gual y España y antes del 19 de abril de 1810.

Texto/Mercedes Aguilar
Foto/Archivo CO
Caracas