El papa Francisco expresó este domingo que hace suyo el dolor del pueblo de Canadá tras hacerse público a finales de mayo el hallazgo de los restos de 215 niños aborígenes que fueron alumnos de la Escuela Residencial India Kamloops, en la provincia de Columbia Británica (oeste).
Tras concluir el rezo dominical del Ángelus, el sumo pontífice comentó que se une a los obispos y a la Iglesia católica de ese país, “para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, traumatizado de la terrible noticia”.
Francisco agregó que “el triste descubrimiento aumenta la conciencia del dolor y del sufrimiento del pasado”.
Además, solicitó a las autoridades políticas y religiosas que “sigan colaborando con determinación para ofrecer luz sobre esa triste vivencia y empeñarse humildemente en un camino de reconciliación y de sanación”, dijo.
Durante el rezo dominical y también en mensajes difundidos a través de la red social Twitter, el obispo de Roma manifestó que “estos momentos difíciles son un fuerte llamado a todos para alejarnos del modelo colonizador y caminar codo con codo, en diálogo, en el respeto mutuo y en el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá”.
La Escuela Residencial India Kamloops fue uno de los internados en los que se llevó a cabo una política de asimilación que impidió a los niños aborígenes hablar su idioma o practicar su cultura. Eran administrados por el Gobierno y operados principalmente por la Iglesia católica.
Se estima que más de 150.000 niños indígenas fueron educados por el Gobierno canadiense o instituciones eclesiásticas entre 1831 y 1996.
La Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadá determinó en 2015 que muchos niños de comunidades indígenas fueron víctimas en esos internados de abusos físicos y sexuales. Además, se provocó la muerte de al menos 4.000 de ellos por enfermedades, negligencia, malnutrición, accidentes o maltratos.