El Partido es la clave

MAR DE LEVA

Por: Farruco Sesto *

_______________________________________________________________________________________________

Tres revoluciones bastante distintas entre sí, perduran en el tiempo y han asegurado su estabilidad manifiesta a prueba de enemigos internos y externos, mientras avanzan en la construcción del socialismo, cada una a su manera.

Cuba, China y Vietnam. ¿Qué tienen de común las tres revoluciones?

Señalo cuatro aspectos fundamentales: un gran proyecto emancipador, un Estado fuerte, un pueblo organizado y un Partido muy firme que ha asumido la conducción de la sociedad.

Veámoslos en nuestro caso.

La Revolución Bolivariana cuenta con un gran proyecto: fue formulado por el comandante Hugo Chávez a lo largo del tiempo y es parte sustantiva de su legado. Su última expresión es el Plan de la Patria.

El Estado fuerte no lo tenemos, lamentablemente. Me refiero a un Estado capaz de organizar en democracia la vida social con base al cumplimiento de la ley. Su carencia es una de nuestras debilidades y un grave factor de riesgo para la Revolución.

¿Pueblo organizado? Digamos que estamos en ello. Pero nos falta mucho aun. Nos encontramos todavía en el primer capítulo de la creación comunal y el camino se perfila largo y complejo.

Y lo del Partido firme, sólido, disciplinado, acerado, que dirija a la sociedad, es, a mi juicio, mas una aspiración que una realidad.

Es por eso que, hoy justamente, quiero referirme a este último aspecto: la necesidad de un Partido capacitado para llevar en sus hombros la carga revolucionaria. Pienso que debemos tomar conciencia de ello.

Me refiero a un Partido que, trascendiendo lo electoral, ejerza el mando supremo de la Revolución y le marque el rumbo. Un Partido que lleve el pulso del Gobierno en sus distintos niveles para garantizar la gestión que nuestro pueblo necesita. Un Partido que sea ejemplo de moral, que combata a muerte la corrupción. Un Partido que sea vanguardia en las ideas, interpretando siempre los anhelos profundos de nuestro pueblo. Un Partido constituido por revolucionarios integrales, bien formados y dispuestos a dar la vida si es preciso. Un Partido que lleve la antorcha y vele por la llama. Un Partido aceitado, pero de verdad, lúcido, sensible, preparado para manejar en su seno las contradicciones internas y externas.

Sin un Partido así, la Revolución correrá el riesgo de llegar a escenarios demasiado impredecibles.

Pienso que en la coyuntura, el problema de Venezuela es, ciertamente, económico.

Pero que el gran problema de la Revolución es otro: hacer del PSUV el Partido que se necesita.

Asumamos el reto de comenzar a modelarlo en serio en el año 2018. Reitero: mas allá de lo electoral.

farrucosesto@gmail.com
Caracas