El oportuno llamado hecho por el presidente Nicolás Maduro Moros para iniciar el período desde el 16 de marzo, acatado por la gran mayoría del pueblo, ha mantenido a nuestro país alejado de las tragedias vividas en naciones vecinas
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“Vamos a una situación que jamás hemos vivido (…) o vamos a cuarentena o la pandemia podría abatir inclemente y trágicamente a nuestro país…”.
Con esas palabras, el presidente legítimo y constitucional de la República, Nicolás Maduro Moros, anunció el pasado 15 de marzo el que sería un nuevo reto para el pueblo venezolano: el comienzo de una cuarentena social colectiva, radical y voluntaria, para evitar la propagación en nuestra patria del covid-19, que para entonces ya comenzaba a dejar su huella terrible en numerosas naciones.
La convocatoria del Primer Mandatario Nacional, se hizo en una primera fase para el Distrito Capital, Miranda, Vargas, Apure, Cojedes, Zulia y Táchira, pero al día siguiente se extendió al resto del territorio nacional, amparado en el Decreto de Estado de Alarma Constitucional hecho público dos días antes por la vicepresidenta Ejecutiva Delcy Rodríguez y que fue prorrogado por 30 días más el 12 del corriente.
Fue el punto de partida del nuevo reto para una población que no ha dejado de afrontar obstáculos desde hace 21 años, cuando de la mano de nuestro eterno comandante, Hugo Rafael Chávez Frías, decidió asumir los caminos de su liberación, independencia y soberanía definitivas.
Con la disciplina y conciencia a la cual ya nos hemos habituado y muy pocas excepciones, la población, incluyendo las propias bases opositoras, ha acatado las medidas dictadas por el Ejecutivo nacional, sumando esfuerzos para que hasta el pasado domingo 19, los contagiados fuesen 256, con 9 fallecidos y 117 pacientes recuperados (49%), cifras entre las más bajas del continente.
Sin embargo, vale decir que de esa cantidad 41 corresponden a la academia de bbisbol Roberto Vahlis, ubicada en el pueblo Pedro González, municipio Gómez, en Nueva Esparta, cuyos directivos, de manera irresponsable y en connivencia con la gobernación de dicho estado, la mantuvieron abierta violentando la cuarentena, movidos por la codicia –tenían previsto un “try out”, evento donde se exhiben prospectos para su posible firma al rentado-, convirtiéndola hasta ahora en el principal foco en todo el país.
No obstante, las cuatro normas básicas dictadas por el Jefe de Estado –cuarentena, despistaje casa por casa, tratamiento y hospitalización-, además de la encuesta a través de la Página Patria –única en el mundo-, el abordaje con un altísimo nivel por parte de la Comisión Presidencial y el aporte de científicos no solo venezolanos, sino también chinos y cubanos, ha ameritado hasta el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud, algo que se han empeñado en tratar de esconder los sicarios del periodismo, la mal llamada “prensa libre” tarifada por los genocidas de Washington.
Medidas audaces
La disciplina y la conciencia, han sido factores claves en el éxito de esta misión afrontada por el pueblo venezolano, que ha acatado la convocatoria a permanecer en sus casas en un 85%, según las cifras manejadas por los voceros gubernamentales, en un país que fue el primero del continente en adoptar tal medida, otro dato obviado por los mercenarios de las transnacionales mediáticas.
El presidente Nicolás Maduro Moros, en entrevista concedida al programa La Pizarra, conducido por Alfredo Serrano Mancilla y transmitido para Argentina y Ecuador, declaró el pasado sábado 18 que los resultados se deben al estudio “con tiempo de la experiencia en China, provincias Hubei y Wuhan, luego Corea del Sur, Europa y Estados Unidos” y en función de tales experiencias, “tomamos medidas audaces y a tiempo, la primera medida para contener la transmisión es la cuarentena, y fue tomada desde el 16 de marzo”.
“Hemos logrado la cuarentena en esta primera etapa, hemos logrado contener el virus, ubicar los focos y colocar en tratamiento a todos los casos”, añadió el Primer Mandatario, quien recalcó que el pueblo la ha acatado de una manera “disciplinada, radical, profunda, verdadera”, destacando el tratamiento personalizado dado a cada paciente, en un trabajo mancomunado de los sectores público y privado en materia de salud y cumpliendo con todos los protocolos establecidos por la OMS.
El Jefe del Estado, en cada una de sus alocuciones ante el país no deja de enfatizar en la necesidad de mantener esa disciplina, en la cual se ha fundamentado la batalla para contener el coronavirus y “no relajarse”, especialmente si se toma en cuenta la forma irresponsable con la cual han asumido esta pandemia en los países vecinos, Colombia y Brasil, cuyos gobernantes han priorizado los intereses del mercado por encima de la salud y el bienestar de sus pueblos, convirtiendo sus respectivos territorios en peligrosas fuentes de propagación.
Un punto adicional, de significativa importancia en este primer mes de cuarentena, ha sido la cantidad de pruebas de despistaje por cada millón de habitantes realizadas en Venezuela, 1.227, la más alta del continente, sumando hasta el 15 del corriente un total de 225 mil.
El mejor en América Latina
Si bien tan exitoso balance es ignorada por la mal llamada “prensa libre” –la cual solo está a la caza de las informaciones que pudieran generar zozobra y abrir la puerta para una invasión militar-, no puede ser escondido tan fácilmente.
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa –república de la cual han salido hacia el mundo desgarradoras imágenes de los efectos devastadores de la pandemia ante el negligente accionar de su desgobierno, con un presidente ausente, sin dar cara-, calificó a Venezuela como el país en el que mejor se ha enfrentado a la Covid-19 en América Latina.
“Porque tienen disciplina social, porque tienen un sistema de salud y la privilegiaron antes de la economía, los hechos hablan por sí solo”, subrayó en una entrevista que le hiciera la primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente y vicepresidenta de Agitación, Propaganda y Comunicación del Partido Socialista Unido de Venezuela, Tania Díaz, en una conexión especial con las Brigadas de Comunicación Internacional de esta tolda.
“Esta crisis demuestra quién es quién. Mientras en Ecuador ni si quiera podemos sepultar a los muertos, Venezuela solo tiene nueve, porque allá la salud fue siempre un derecho”, subrayó el exmandatario.
“En este momento la emergencia es salvar vidas y luego construir un mundo mejor”, sentenció.
Manejo con maestría
A juicio de la exembajadora venezolana en Ecuador, Carol Delgado, “el presidente Maduro y su equipo de gobierno han conducido la crisis del coronavirus con maestría ajedrecística. Somos el país que mejor ha controlado la pandemia en la región hasta ahora. Desde el inicio se tuvo un diagnóstico correcto de la situación y bajo las instrucciones de nuestro Jefe de Estado se ha actuado con rapidez y eficacia, sin alarmar y articulando integralmente una efectiva política sanitaria. Las instituciones gubernamentales de atención y seguridad, los expertos en epidemiología, el poder popular organizado, la OMS, la cooperación china, los equipos de desinfección y limpieza en la ciudad, así como la educación a distancia, se cuentan entre las principales instancias desplegadas”.
La diplomática, añadió: “Gracias a la información poblacional sistematizada por el carnet de la Patria y la conexión nacional, regional y local de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), articuladas en redes tanto humanas como virtuales, se obtuvo información oportuna con inmediatez y se procedió a aislar los casos de infectados. El miércoles 11 de marzo la OMS declaró la pandemia, el 15 se decretó cuarentena parcial en nuestra patria y el 17 se extendió a todo el país”.
Delgado, recordó: “Desde el inicio, el Presidente hizo un llamado a los mandatarios del mundo a cobrar conciencia ante la pandemia y tomar medidas drásticas a tiempo, comprendiendo que el virus afecta fuertemente el sistema inmunológico, que la infección representa un riesgo mortal, particularmente para las personas cuya salud está fragilizada por otras enfermedades y que posee una altísima capacidad de propagación”.
Y observó: “La cuarentena era una decisión compleja, pues afecta la economía y la vida nacional en todos los órdenes, no obstante lo cual fue tomada con celeridad, orden y un despliegue informativo y de fuerzas del poder popular organizado movilizadas con un alto sentido de solidaridad y responsabilidad, de un modo verdaderamente ejemplar. La población venezolana ha acatado disciplinadamente los lineamientos del Gobierno Bolivariano, sabe que el mismo garantiza servicios desmercantilizados de agua, electricidad, telefonía, combustible, así como salud y educación gratuitas. Se hizo patente lo que todos en Venezuela sabemos, pero la derecha internacional no quiere aceptar: que el gobierno paralelo de Guaidó es una entelequia sin poder real ni respaldo popular, una ficción diplomática que opera no sólo contra las autoridades legítimas, sino contra el bienestar de todos los venezolanos”.
En el mismo orden de ideas, resaltó cómo “la política anti Covid-19 de nuestro presidente, ha sido contundente, efectiva e integral, un éxito construido paso a paso y toda la población así lo reconoce, independientemente de sus preferencias ideológicas. Esa política, en su visión humanista, está además tendiendo su mano protectora a los venezolanos fuera del territorio nacional. Miles de ellos, víctimas de manipulación política, xenofobia y aporofobia, reciben ayuda para retornar a su país, incluido un protocolo de 14 días de cuido y seguimiento para garantizar la seguridad de todos. Hacer esto en medio del cerco político, militar, diplomático, mediático y económico exacerbado por las sanciones extorsivas, es como abrazar al hijo pródigo: un acto de profundo amor revolucionario, grandeza humana y vocación de paz”.
La también especialista en temas migratorios, hace énfasis en detalles como el hecho de que “la OMS ha reconocido el buen desempeño de Venezuela en la lucha anti Covid-19 y los gráficos no pueden esconder que el nuestro es el país que mejor ha controlado la proliferación de contagios y la ocurrencia de muertes en todo el continente, junto con Cuba. Eso descoloca al gobierno de Estados Unidos y otros de la región, cuya precaria prevención, aunada al sistema de salud privatizado, ha sido la receta para el desastre. El Grupo de Lima, tan vocal contra Venezuela, ha sido incapaz de articular nada a favor de sus propios pueblos y ha guardado silencio o rechazado el ofrecimiento de Maduro a cooperar con ellos en sus esfuerzos contra la pandemia”.
“Al evaluar el desempeño latinoamericano frente al covid-19, uno concluye que si Unasur hubiese estado activa, con toda seguridad muchas de las muertes en nuestra región no hubiesen ocurrido. El Consejo de Salud de ese organismo hubiese orientado la prevención y acción tempranas, el flujo de cooperación así como la compra conjunta de insumos médicos”, continuó.
Como la representante diplomática de nuestra nación en Ecuador, hasta que Lenín Moreno consumara una de las más viles traiciones de la historia moderna en nuestra región, “hace unos días enviamos nuestras condolencias a la familia de un ecuatoriano que escribió un libro sobre el comandante eterno Hugo Chávez; el amigo Leonardo Vicuña, quien falleciera víctima de Covid-19 en Guayaquil, era presidente de la Alianza Bolivariana Alfarista. Este completo desmantelamiento de las instituciones democráticas y el multilateralismo latinoamericano es un despropósito que habrá de juzgar la historia. Cuatrocientos médicos cubanos fueron retirados del Ecuador en noviembre de 2019 por razones políticas y económicas; meses después, la pandemia cobró la vida de más de 3.000 ecuatorianos dolorosamente desprotegidos”.
Es en elementos como esos en los cuales, a su juicio, está “la diferencia entre el Gobierno Bolivariano y otros de la región: Venezuela tomó las decisiones centrándose en la vida y la seguridad de las personas, mientras en otros países valoraron primero las afectaciones de la economía y perdieron la oportunidad de contener el contagio. El orden de las prioridades marca la diferencia entre una situación controlada y un desastre epidemiológico”.
No dejó de mencionar la diplomática, “la propagación del virus en los EEUU., muy lamentable, cobrando la mayoría de sus víctimas mortales –más de 40 mil para el momento de redactar este trabajo- desproporcionadamente entre las poblaciones afroamericana y latina, que carecen de seguro para atenderse en un sistema de salud privatizado”.