El presidente y ex capitán del Ejército, que reinvidica la dictadura militar brasileña, cumplirá el próximo 1 de enero un año en el poder, en el que endureció las políticas de seguridad y mantuvo un constante asedio y discriminación sobre los más pobres, los pueblos indígenas y los homosexuales.

«Esa luz verde para el uso excesivo de fuerza letal es un desastre para la seguridad pública y para los propios policías», sostuvo Human Rights Watch (HRW) en un reciente informe.

Con el indulto navideño, Bolsonaro consigue, con su sola firma, un beneficio que intentó ampliar través de un proyecto de ley, que incluía amparo legal para los policías que maten en operaciones oficiales, pero fue frenado por el Congreso y condenado por diversas organizaciones de la sociedad civil.