El repunte económico de China infunde confianza en el crecimiento global

En el contexto actual de la complicada situación política mundial y la débil reactivación económica global, y ante las múltiples dificultades y retos internacionales y nacionales, la economía china está recuperándose y mejorándose, demostrando una fuerte resiliencia y un gran vigor, y sigue siendo un importante motor del crecimiento económico mundial.

Durante la primera mitad de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) de China creció 5,5 por ciento interanual, superando la tasa de crecimiento de la economía estadounidense en más de tres puntos porcentuales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó el mes pasado el último Informe Perspectivas de la Economía Mundial, pronosticando que la economía de China crecerá un 5,2 por ciento y contribuirá con más de 30 por ciento del crecimiento económico mundial.

En el año en curso, el consumo desempeña un papel impulsor mucho más significativo en el crecimiento económico chino. Durante el primer semestre de este año, la tasa de contribución de la demanda interna al crecimiento económico de China llegó al 110,8 por ciento, representando un aumento interanual de 59,4%. Entre enero y julio, la inversión en industrias de alta tecnología y en investigación científica y servicios tecnológicos aumentó 11,5 por ciento y 23,1 por ciento, respectivamente, en comparación con el mismo período del año anterior, que quiere decir, la estructura industrial continuó mejorando. Durante la primera mitad de este año, las exportaciones combinadas de automóviles eléctricos, baterías de litio y paneles solares incrementaron 61,6 por ciento respecto al mismo período del año anterior, demostrando de manera constante la ventaja de la fuerte resiliencia del comercio exterior de China. A pesar de la contracción de la demanda externa, las exportaciones  mantuvieron una participación de mercado global generalmente estable.

En el contexto de una recesión a escala mundial de las inversiones transnacionales, China sigue atrayendo los inversores extranjeros, gracias a las enormes oportunidades de mercado que ofrecen el crecimiento estable de su economía, la mejora constante del ambiente empresarial y un sistema de cadena de suministro maduro y completo.

En los últimos cinco años, la tasa de rentabilidad de la inversión extranjera en China ha alcanzado al 9,1 por ciento, muy por encima del tres por ciento de Estados Unidos y Europa. En el primer semestre del año en curso, la inversión extranjera directa (IED) de muchos países en China registró crecimiento: las inversiones de Francia, Reino Unido y Alemania aumentaron 173,3 por ciento, 135,3 y 14,2 por ciento, respectivamente. Mientras tanto, el número de nuevas empresas extranjeras aumentó 35,7 por ciento. Desde enero, altos ejecutivos de grandes empresas multinacionales como Microsoft, Apple, Tesla, Pfizer, Starbucks, ADM, Rio Tinto y Aramco han visitado el país, expresando su optimismo sobre el mercado chino y su esperanza de reforzar la cooperación con las empresas nacionales.

Recientemente, algunos países occidentales han propuesto la llamada «desvinculación de China» en nombre de una supuesta “Reducción de Riesgos”, lo que consiste esencialmente en politizar cuestiones económicas y comerciales, en la búsqueda de expulsar a China de la cadena de suministro y la cadena industrial claves mundiales y lograr así el propósito de contener el desarrollo de China y mantener la hegemonía mundial. De hecho, la “Reducción de Riesgos” de los países occidentales es el mayor riesgo para la economía mundial, que socavará gravemente las reglas del mercado y el orden económico y comercial, y causará un enorme impacto negativo en el sistema de gobernanza y la cooperación económicas globales.

Tal y como dijo recientemente el presidente Xi Jinping en su mensaje en la Ceremonia de Clausura del Foro Empresarial del Brics: China cuenta con varias ventajas destacadas—una economía de mercado socialista en términos de sistema, un megamercado en términos de demandas, un sistema industrial completo en términos de suministros y abundantes trabajadores y empresarios bien cualificados en términos de recursos humanos. Permanecen inalterados los aspectos fundamentales de la economía china caracterizados por su fuerte resiliencia, enorme potencial y gran dinámica.

Al mismo tiempo, como el mayor país en vía de desarrollo, China está dispuesta a trabajar con Venezuela y otros países para apoyar firmemente la globalización económica y el libre comercio, compartir los frutos del desarrollo con toda la comunidad internacional. Tal y como dijo el presidente Nicolás Maduro: “En medio de la guerra económica somos aliados para producir y crecer en la construcción de un mundo de paz y de prosperidad, basado en la diversidad civilizatoria. ¡Es el Camino!” ¡Nos esforzamos unidos en este camino por conducir el gigante barco de la economía mundial hacia un futuro más brillante, más seguro y más justo.

T/ Lan Hu
Embajador de la República Popular China en Venezuela