El venezolano Nelman Molina y el novedoso mundo del “tecnorreciclaje”

Nelman Molina es un joven mirandino que se describe como “emprendedor, autodidacta, defensor de los valores morales y éticos”, inició un viaje de exploración al mundo del reciclaje a los 15 años, innovando en la construcción de aparatos eléctricos nuevos a base de residuos reusables.

El tecnorreciclaje brinda un espacio de alternativas y creatividad como opción de economía sostenible.

En referencia a este tema Molina presentó al Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación(Fonacit), una propuesta diferente para reciclar los residuos sólidos con el uso de las nuevas tecnologías.Señala como su primer invento, “un interruptor activado por láser que permite encender las luces, y sustituye el uso del control remoto en algunos aparatos electrodomésticos sin necesidad programarse”.

Más adelante, creó lámparas y linternas de mano recargables, usando piezas de un radio viejo y combinándolas con piezas de celulares “dañados”, potes de desodorantes gastados y otras piezas nuevas construidas por él.

Con sus nuevas propuestas de técnicas y métodos, Nelman plantea crear aparatos eléctricos nuevos a base de material reciclable, que superen a los que ofrece el mercado internacional y protejanel ambiente.

Algunos de sus aportes atienden a las necesidades de personas con diversidad funcional; tal es el caso de su madre quien lo motivó a desarrollar su primer invento.

“La mayor parte de lo que construyo es recargable, y está relacionado con iluminación”, asegura. Otros aportes realizados por este joven han sido: la construcción de sensores portátiles, cornetas amplificadas que se recargan y un power banks para cargar celulares.

Con expresión de satisfacción explica como su creación más innovadora, “un sistema para cargar baterías que permite reutilizar las baterías de litio ‘dañadas’ y lograr que puedan seguir utilizándose en forma muy segura”.

Por su aporte a la sociedad y al mantenimiento y resguardo del ambiente, Nelman Molina recibió meritorio reconocimiento en 1999 por parte Conicit. Ese mismo año la Fundación Eureka le otorgó la Medalla de Oro en la categoría Inventiva Popular.

En el año 2016, su innovador proyecto que denominó “Reutilización de Materiales de Desechos en Segundas Aplicaciones” lo hizo acreedor de la Mención Honorífica, en el renglón Autodidacta del Premio Nacional a la Inventiva Tecnológica Popular Luis Zambrano.

“Es un mérito y un reconocimiento que no esperaba. Lo que he diseñado y construido me hace sentir bien como ciudadano. Me halaga que me hayan tomado en cuenta para recibir este premio que reconoce la innovación al servicio del pueblo”, valora Molina.

T/ CO con información Fonacit
F/ @fonacit_ve
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