Por Nelson Guzmán|Las élites ramplonas (Opinión)

Venezuela desde la década de los años 80 fue definida como un país desahuciado y esa apreciación provenía de una burguesía ramplona que siempre ha vivido parasitariamente del Estado venezolano y pretendía imponer un esquema desarrollista a la Nación.

Acción Democrática y Copei, fieles servidores del imperialismo estadounidense, no dudaron en mantequear a los militares vendepatria de la época, simples soldados de la patria emergidos de las escuelas militares de la noche a la mañana se convirtieron en gente acaudalada; vivíamos en la Venezuela de las comisiones y de la mordida mexicana.

Los bufetes “prestigiosos” se convirtieron también con la ley en la mano en defensores de los delincuentes que saqueaban al país; esa borraja que nos había legado la IV República encontraría dos movimientos insurgentes que salieron a la calle a protestar contra el sistema que apabullaba a su gente.

La esperanza de libertad que tanto ofrecieron los líderes democráticos durante los mandatos de Juan Vicente Gómez y el militarismo andino había zozobrado. Esa situación comenzó a ocasionar repulsión en ese país profundo que llevamos dentro.

El 23 de enero de 1958 fue un movimiento insurgente de la sociedad civil contra el militarismo corrupto de Mmarcos Pérez Jiménez. La cárcel del Obispo y los campos de concentración no tenían lugar en la modernidad. El bloque de hielo como mecanismo de aflojamiento de los presidiarios eran una atrocidad, igualmente la tortura sobre los rines de los neumáticos; recordemos aquella magnifica novela de Simón Sáez Mérida en la que se denuncian estos procedimientos en el perejimenizmo.

Los verdugos no habían dejado de existir en el espíritu de la Generación de l928. Lo primero que adelantaron Rómulo Betancourt y Raúl Leoni fue la tortura y desaparición de los prisioneros políticos. Como país antecedemos en con estos métodos fascistas a las dictaduras militares del Cono Sur.

En Venezuela durante esa “democracia” se asesinó al teniente Nicolás Hurtado, a Jorge Rodríguez padre, a Noel Rodríguez y a cientos de jóvenes que llamaban a abrir los canales de la democracia. La IV República fue un sistema fracasado que liquidó y persiguió en las universidades nacionales a profesores y estudiantes.

El verdadero pensamiento de la IV República fue el de David Morales Bello, quien pidió luego del sacudimiento militar del 4 de febrero de 1992 “muerte a los golpistas”; era lógico que pusiera sobre el tapete de nuevo esta vieja petición. Adecos y copeyanos crearon los T04, los T05 y todo el mecanismo de represión que esto implicaba. La generación de los años 60 fue fustigada y eliminada por estos demócratas de ocasión.

Hoy Henry Ramos Allup aparece de nuevo en el escenario con la daga en la mano, su primera pretensión era aniquilar ANTV. En la emoción, que le produjo el triunfo en la Asamblea Nacional (AN) prometió reestructurar ese canal, lo que significaba castrar el pensamiento crítico y lo ha demostrado no teniendo empacho al sacar de las tinieblas a sus guardas espaldas matarifes.

Esta gente entiende la democracia como violencia. El golpismo no solo se manifiesta de manera militar, sino en los mensajes y en la distorsión de la conciencia crítica que estos mensajes producen sobre los ciudadanos.

El ramplonismo de estas élites y de estos aspirantes tardíos a la Presidencia de la República consiste en no darse cuenta de que el país ha cambió; sin embargo, se nos quiere imponer un esquema neoliberal que nos devastaría.

guznelson@yahoo.es