Ellen Johnson Sirleaf, reelecta presidenta de Liberia, en la costa oeste de África, en los comicios de noviembre pasado, asumió este lunes su segundo mandato consecutivo de seis años.
A la ceremonia de investidura asistieron una veintena de jefes de estado o de gobierno, junto a otros funcionarios del continente africano y de otras regiones como la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
Sirleaf, de 73 años, pronunció ante el presidente de la Corte Suprema el habitual juramento de investidura que la compromete a «proteger y defender la Constitución y las leyes de la República de Liberia».
La presidenta electa, primera mujer que ocupa ese cargo y ganadora del Premio Nóbel de la Paz 2011, juró «asumir fielmente, de manera imparcial y con conciencia las tareas y las misiones de jefa de Estado».
Sirleaf aseguró que aspira durante su segundo mandato a seguir reconstruyendo el país, habitado por cuatro millones de habitantes, en su mayoría en la pobreza, sobre lo cual opinó que «queda un largo camino por recorrer».
En la investidura presidencial, cuya ceremonia costó cerca de un millón 200 mil dólares, participaron los presidentes Alpha Condé, de Guinea; Ernest Koroma, de Sierra Leona y Abdoulaye Wade, de Senegal.
«Mama Ellen», como la llaman en su país, fue reelegida en la segunda vuelta de las presidenciales de noviembre con el 90,7 por ciento de los votos.
Los comicios fueron boicoteados por opositores como el candidato Winston Tubman, quien alegó la existencia de privilegios en favor de Sirleaf durante los escrutinios.
Observadores internacionales avalaron los comicios y la presidenta revalidó su mandato anterior, asumido en 2005, durante el cual acumuló méritos y simpatías que le allanaron el camino hacia el Nóbel.
Tumban, jefe del Congreso por el Cambio Democrático (CDC), admitió la legalidad de las elecciones. «Reconocemos que la señora Sirleaf es la presidenta de Liberia», declaró a la prensa.
De acuerdo con el político opositor, la decisión de su partido de apoyar a Sirleaf fue asumida luego de conversaciones el sábado último con la Jefa de Estado.
Durante la inauguración de nuevos locales de la embajada estadounidense en Monrovia Clinton criticó, por su parte, la corrupción en el país «que es uno de los obstáculos para una mayor prosperidad».