El Ejército de Liberación Nacional (ELN) liberó a dos integrantes del Ejército colombiano este lunes, quienes fueron entregados en condiciones estables de salud a una comisión integrada por representantes de la Iglesia Católica, la Defensoría del Pueblo y miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
«Nos complace informar que esta operación concluyó con éxito. Lo más importante ahora es que las dos personas puedan reunirse lo antes posible con sus familiares y seres queridos», manifestó Christoph Harnisch, jefe de la delegación del CICR en Colombia.
Agregó que “la confianza que las partes depositan en el CICR como intermediario neutral fue fundamental para esta operación».
Personal de salud de este ente verificó que las dos personas liberadas se encontraban en condiciones físicas aptas para el viaje. Posteriormente fueron transportadas en vehículos identificados de la Cruz Roja para ser entregados a representantes de la Fuerza Armada.
SOLDADOS SECUESTRADOS
Los dos soldados se encontraban en poder del ELN desde el 26 de octubre, día en el que fueron retenidos por esta guerrilla durante combates en zona rural del municipio de Güicán, departamento de Boyacá, nororiente del país.
«Mientras persistan las consecuencias humanitarias del conflicto armado y la violencia en Colombia, el CICR se mantiene dispuesto a facilitar ésta u otro tipo de operaciones humanitarias que alivien el sufrimiento de las víctimas», dijo Harnisch.
Añadió que “recordamos a las partes la importancia de respetar el derecho internacional humanitario para el bien de la población civil, que no debe verse afectada por las hostilidades».
El pasado 09 de noviembre el ELN divulgó imágenes de los dos soldados colombianos retenidos a finales de octubre, como una prueba de vida, además reafirmó su disposición de entregarlos sanos al Gobierno.
A través de su cuenta oficial en Twitter, los guerrilleros expresaron «su voluntad de liberar los soldados prisioneros de guerra lo antes posible, pero esto no depende sólo de la voluntad del ELN».
Esta entrega se da en el marco del posible fin del conflicto entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, situación que encamina el proceso de paz. No obstante, en Colombia persiste la violencia desatada por el paramilitarismo que a juicio de analistas internacionales empeora la situación y hecha por tierra los logros alcanzados en los diálogos de La Habana.