El fabricante aeronáutico ucraniano Antonov propuso al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, usar una de sus aeronaves como avión presidencial, el denominado Air Force One.
Trump, que tomará posesión en enero próximo, exigió en las redes sociales cancelar el contrato con la empresa Boeing para la construcción del nuevo avión presidencial porque su costo —más de 4.000 millones de dólares— está «fuera de control».
«¿Tal vez sea mejor considerar una aeronave de Antonov como el Air Force One?», publicó en Twitter la compañía ucraniana, sin precisar cuanto costaría su avión.
El consorcio estatal Antonov que fue creado en 2005 tras la fusión de la empresa y la oficina de diseño homónimas, es una de las pocas compañías mundiales que realiza el ciclo completo de construcciones aeronáuticas, del diseño a la producción en serie y al servicio posventa.
La compañía reúne una oficina de diseño, un laboratorio, una fabrica experimental e instalaciones de pruebas.