En Bejuma ensayan un nuevo modelo policial

Una política de atención de los privados de libertad que procura su reinserción social les permite dedicarse a labores agrícolas. El cuerpo policial fue rescatado de las precarias condiciones en que estaba, se aumentó el número de efectivos y se han atendido las necesidades de los funcionarios. Proponen crear una manomunidad policial en los Valles Altos de Carabobo

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Hace unos pocos meses atrás la policía municipal de Bejuma se encontraba al borde de un colapso que la mantenía prácticamente inoperante, sin vehículos, con un pie de fuerza de apenas 21 funcionarios desmoralizados y sin motivación para atender las necesidades de seguridad y protección de una ciudad de unos 40 mil habitantes. Hoy la realidad es otra diametralmente opuesta, según asegura Reinaldo Herrera, su director.

Herrera almacena en su celular un registro de fotografías que atestiguan las deplorables condiciones en las que consiguió las instalaciones. Para verificar lo hecho durante su gestión y apreciar los espacios recuperados invita a un recorrido por las oficinas y los calabozos.

“Les metimos 20 metros de porcelana a los calabozos”, indica.

Una de las cuestiones a la que Herrera se refiere con inocultable orgullo, un tanto derivado de la satisfacción que otorga el logro, se vincula con el vuelco dado a las relaciones con los privados de libertad. Señala que se impuso la autoridad y el respeto, pero también la consideración hacia quienes en algún momento cometieron un delito y merecen una oportunidad de reinsertarse en la sociedad una vez que cumplen la pena o disfruten de los beneficios otorgados por la ley. Un grupo de estos reclusos goza de un régimen especial interno que les permite, dentro del área del recinto, cultivar ciertos vegetales de ciclo corto, e, incluso, criar y engordar tres cerdos que serán beneficiados en diciembre.

Entre las variedades que cultivan los privados de libertad, en un espacio de tierra de menos de una hectárea, hay maní, maíz, caraota, frijol, cambur, topocho, berenjena. En total son 15 reclusos, la mayoría de ellos jóvenes, los que se encargan de sacarle frutos a la tierra; el producto de las ventas se lo distribuyen ente ellos. El grupo fue seleccionado mediante un riguroso método aplicado por especialistas.

“En Bejuma se tiene la policía del siglo XXI”, se atreve a afirmar Reinaldo Herrera, seguro de que están en el camino correcto y luego de agradecer el respaldo y apoyo del alcalde Rafael Morales, del ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, y de Edylberto Molina Molina, viceministro del Sistema Integrado de Policía.

“Yo vengo de la policía municipal de Valencia. Antes de eso me encontraba en la Brigada Especial contra los Grupos Generadores de Violencia, al mando del ministro Reverol”, informa Herrera. “En esa oportunidad me envían en comisión de servicio de la Policía Municipal de Valencia hacia la policía municipal de Bejuma, por parte de Visipol, en vista de que este cuerpo estaba prácticamente en cierre técnico por su bajo pie de fuerza en cuanto al personal. Encontramos 50 mil problemas: patrullas desvalijadas, motos desvalijadas. Enlazamos con el alcalde Rafael Morales, quien nos ha brindado el apoyo y quien ha creído en la gerencia de esta gestión, donde yo llegué de subdirector y posteriormente paso a la dirección de la policía”.

El plan de reinserción social

Relata el director policial que recibieron una policía municipal con un pie de fuerza de 21 funcionarios, que según las normativas establecidas no está permitido. Esa cantidad fue elevada a 86 efectivos gracias al apoyo del viceministro Molina Molina, con quien han sostenido un continuo diálogo para buscar la manera de levantar la institución.

“Logramos la asignación de una patrulla que nos dio el viceministro, esa patrulla la acomodamos. El ministerio igualmente nos dio cinco motos, una para repotenciar y las otra cuatro nuevas, más una moto que entregó el alcalde de Bejuma Rafael Morales. Hoy día tenemos seis motos disponibles, una patrulla repotenciada y tenemos otra patrulla que estamos acondicionando entre la policía municipal y la alcaldía”, señala.

La siguiente iniciativa se propuso mejorar la condición de los funcionarios. Todos fueron acreditados ante el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Visipol, como órgano rector. El pie de fuerza fue elevado a 78 funcionarios. Se les dotó de uniformes, botas, gorras. Ya está en trámite la entrega de armas por parte del Ministerio de Relaciones Interiores.

“De esa forma”, asienta Herrera, “hemos venido trabajando en cuanto a lo que es el personal policial. Ahorita estamos desplegados en nuestro cuadrante de paz que es bastante extenso. Trabajamos articulados con los otros organismos de seguridad del Estado: Cicp, Guardia del Pueblo, Guardia Rural, policía estadal. Es un trabajo arduo que nos ha permitido mantenernos como el municipio con más bajo índice delictivo, de acuerdo a la estadísticas. Eso lo hemos logrado con el trabajo articulado”.

El paso posterior apuntó a resolver la situación de los privados de libertad y cómo reinsertalos en la sociedad. Con esta intención le presentaron un proyecto al alcalde Rafael Morales, quien lo aceptó de inmediato. El Viceministerio también lo aprobó y se hizo del conocimiento de fiscales del Ministerio Público y jueces.

“Somos los únicos, y pioneros en Carabobo, en el trabajo de reinsertar en la sociedad a los privados de libertad. Estamos claros en que somos policías, y que ellos en su momento cometieron un delito, pero también tenemos que ir más allá en torno a qué vamos a hacer con los privados de libertad después que los tenemos en los calabozos. Nosotros no somos centro de reclusión, somos centros transitorios en los que posteriormente a la consulta de los tribunales, ellos deberían pasar a un centro de reclusión, sin embargo, los tenemos aquí, y hemos buscado las maneras de buscarle solución al problema”, afirma.

Al principio los calabozos albergaban a 112 privados de libertad, hoy quedan 54, ya que muchos fueron traslados en la patrulla a las audiencias de los tribunales: esta iniciativa permitió reducir el hacinamiento.

Mediante un estudio sicológico y social fueron seleccionados 15 que son los que se benefician del programa de reinserción social y del trabajo agrícola en unas tres hectáreas en la sede de la policía municipal. Estos 15 fueron separados del resto de los reos y colocados aparte en otro calabozo.

Explica el director policial que a los jóvenes se les imparten charlas, talleres, con el concurso del Inces, y se les dota de semillas e implementos para los cultivos. Todas las direcciones de la alcaldía de Bejuma están obligadas, por orden del alcalde, a prestar asistencia y colaborar en el programa.

“Yo pienso que ya es bueno utilizar este proyecto en todos los comando policiales. Estamos colaborando con el Ministerio de Prisiones para que estos muchachos mientras estén con nosotros en la policía hagan algo útil y en pro de la ciudadanía, ya que si cometieron un error, eso que les sirva de redención”.

Hacia la mancomunidad

Asegura Reinaldo Herrera que la tasa delictiva en el municipio Bejuma, ubicado en los Valles Altos de Carabobo, se ha reducido sustancialmente en comparación con el pasado reciente, caracterizado por la inseguridad con preeminencia de robos, atracos, robo de vehículos, secuestros. Ahora están decididos a crear una brigada rural para darles seguridad a los productores en una zona con muchas granjas.

“El municipio Bejuma aparte de ser pequeño es extenso en distancia. Tenemos patrullaje punto a pie, vehicular en cuanto a motos y vehículo. Tenemos enlaces con las comunas y consejos comunales. Aplicamos las nuevas tecnologías y redes sociales, ya que tenemos grupos de Whatsapp. Actuamos en un cuadrante de paz que nos permite responder a cualquier eventualidad en cinco minutos.

-¿Se puede mantener la seguridad con una patrulla y cinco motos?

-Yo pienso que con cinco motos y tres patrullas más hacemos el trabajo completo. Redujimos al mínimo el índice delictivo en Bejuma. Muy pronto llegan 100 funcionarios más que estudian en la UNES.

-¿Y las parroquias Chirgua y Canoabo?

-Le pertenecen a la Policía de Carabobo, sin embargo nosotros damos recorridos intermitentes. Nosotros nos proponemos crear una mancomunidad policial en los Valles Altos de Carabobo que integre a los municipios Bejuma, Montalbán y Miranda. Bejuma puede funcionar como centro piloto.

-¿Cómo combate el matraqueo policial?

-Aquí todos los días a las nueve de la mañana hacemos formación y les damos charlas a los funcionarios desde hace cuatro meses. Hemos sentido el cambio; muchas personas nos lo han dicho. También hemos tenido el apoyo de los comerciantes y hoy día suministramos almuerzo y cena gratuita a los funcionarios de guardia. También la alcaldía nos ayuda en la logística. Por eso ha mermado mucho el matraqueo. Somos estrictos y tenemos un departamento encargado de sancionar a los funcionarios que no cumplan con sus deberes; no tapamos sinvergüenzuras de ningún funcionario.

-¿Y la moral?

-Cuando llegamos aquí nos encontramos con un funcionario que no recibía alimentación, sin dotación, sin patrulla, sin motos, desmoralizados, porque sus antiguos directores los engañaron. Yo pienso que dirigir una policía no es solamente asumir el cargo, el director que se sienta en una oficina. Tienes que preocuparte por tus funcionarios, que esté estable, involucrarse con él a ver cuáles son sus carencias y buscar en los posible solucionar sus problemas. Hemos tenidos funcionarios que han estado en un hospital y nos han llamado solicitando medicinas, uno, de una u otra forma, por medio de las direcciones de la alcaldía, hemos procurado solventar la emergencia. Hoy día ese funcionario esta agradecido con la institución.

El próximo proyecto que tiene en mente Reinaldo Herrera consiste en construir un auditorio con la colaboración de los privados de libertad, a quienes trata con la consideración que merecen: “Nosotros somos policías y ustedes están aquí por sus cuestiones, eso no quiere decir que somos unos ogros”, señala.

T/ Manuel Abrizo
F/ Cortesía