En La Vega avistan una luz al final del túnel

William Ochoa, activador cultural de la parroquia La Vega y director del Teatro Luis Gómez García, ubicado en el bulevar, ha podido observar cómo la gente en la última semana ha podido salir a comprar y regresar contento a su casa ya que por fin podrá comerse un pedacito de carne, producto que estaba ausente de la mesa desde hace meses. Con los huevos pasa lo mismo ya que su precio estaba más arriba de las nubes. “Nosotros, hace dos semanas atrás, estábamos comprando en la parroquia un huevo en 380 mil bolívares. ¡Un huevito por 380 mil bolívares!

Por ello, William Ochoa afirma que las medidas económica anunciadas por el presidente Maduro representan lo mejor que se ha hecho en los últimos años. El anclaje del bolívar al petro fue una respuesta contundente ante una situación que ya se tornaba inaguantable.

Al respaldar el bolívar al petro y al barril de petróleo se quita de encima la dictadura del dólar que fluctuaba al precio que les daba la gana.

“Las medidas también son un alivio”, asevera Ochoa, “para las amas de casa, ya que nos encontrábamos con que todos los días suben la comida. El trabajador, el obrero que vive del salario mínimo no puede darse el lujo de gastar en cualquier cosita, sino que todo es para la comida. Con estas medidas sentimos que el bolívar se revalúa y se revalúa el dinero el trabajador. Me parece que las medidas son acertadas y que llegaron en el momento preciso para darle una vuelta a la cosa”, señala Ochoa, quien se desborda en elogios para con la Alcaldía de Caracas, con Fundarte y con el anterior director Freddy Ñáñez, que permitieron rescatar de sus ruinas el Teatro Luis Gómez García, que fuetransformado, rehabilitado y convertido en una especie de corazón cultural de La Vega, además de ser soporte para los movimientos sociales de la parroquia.

José Balza, otro vecino de La Vega, afirma que el pueblo había venido aguantando y soportando durante cuatro años el aumento bestial de los alimentos y productos en hasta tres mil por ciento, sin que hubiera el correspondiente aumento de sueldos y salarios en la misma proporción. Por ello el nuevo programa económico se recibe con beneplácito.

Balza, trabajador al servicio de la Alcaldía de Caracas, en la sede de la antigua junta parroquial, señala que el presidente Maduro tomó la iniciativa de darle un vuelco a la economía aumentando sustantivamente el salario de los trabajadores.

“Anteriormente el dueño de un local tenía diez empleados, con cinco kilos de queso que vendía les pagaba mensualmente el salario a esos diez trabajadores. El pueblo tenía dos opciones: o comprar medio cartón de huevos o comprar medio kilo de queso con el sueldo mínimo que estaba devengando. Hoy día el aumento salarial lo tomamos como justicia social a favor de los trabajadores. Los comerciantes dicen que es un atropello contra ellos, pero cuando el pueblo tenía un sueldo peor que el salario de un esclavo, ellos nunca se pronunciaron. Fedecámaras, Fedenaga, Conindustria, Venancham, siempre que había un aumento del sueldo mínimo, para ellos era ilegal, inconsulto”, indica Balza.

Señala que una de las cosas que más le gusta es que el presidente Maduro le da poder al pueblo para que salga a la calle y denuncie a los especuladores. Además se actúa para que respete el salario de los obreros y se respeten los precios acordados con los empresarios. Además, señala, los empresarios sugirieron los precios y se les aceptó.

“Ahora dicen que es insuficiente, pero nunca llegaron a decir que el salario del trabajador era insuficiente. Aquí estamos como institución de la Alcaldía de Caracas, en esta sede, prestos a continuar luchando como funcionarios y también prestos a dar el apoyo al Gobierno Nacional para que se respeten los precios acordados”, señala.

-¿Usted piensa que Rondón salió a la calle?

-Rondón todavía no ha peleado. Apenas está haciendo calistenia, calor corporal, pero no se ha puesto los guantes.

La luz al final del túnel

El casco central de La Vega lucía ayer en la mañana desbordado de gente que iba y venía con bolsas, se agolpaba en las charcuterías y puestos de legumbres, verduras y frutas, miraba las vidrieras de las zapaterías o conversaba animadamente en las calles laterales del bulevar.

José Luis Pinto, dueño de un puesto de venta de empanadas, no se daba abasto para atender a la gran cantidad de clientes en el negocio. Dice que con las medidas económicas, “todo el mundo va a tener real”, y aumentarán las ventas. En su puesto vende entre 100 y 120 empanadas diarias. Está de acuerdo

con la premisa de que los empresarios deben trabajar honradamente y ganarse una renta razonable.

“Yo tengo precios justos y con calidad. Viene la gente y se le trata con cariño”, señala.

Antonio Aponte, dirigente político del PSUV en la parroquia, considera que las medidas anunciadas por el presidente Nicolás Maduro se esperaban desde hace mucho tiempo e, inclusive, parte de la impaciencia popular se debía a la tardanza, pero lo complejo de la situación hacía difícil decidir al respecto.

Explica Aponte que la comunidad, el poder popular de La Vega, se ha incorporado masivamente a los operativos de inspección que se han realizado en la parroquia.

“Se han hecho esas jornadas y se está creando un estado mayor junto con los CLAP, consejos comunales, UBCH, el PSUV. La iniciativa principal consiste en la supervisión de los comercios en el casco central de La Vega, porque entendemos que la mayoría de las compras se realizan en este sector, y paralelamente se van a ir desarrollando en distintos ejes, donde hacen vida los distintas fuerzas populares. Las jornadas que se han venido adelantando constituyen un punto de partida para después extenderlas a los distintos sectores”, detalla Aponte.

En relación con las jornadas de inspección indica que han visitado unos ocho negocios importantes, que, aunque no sean muchos, representan una iniciativa significativa por lo engorroso de esta y porque muchos comerciantes practican cualquier tipo de marramucias para eludir la inspección. Además, deben contar con el acompañamiento de organismos como la Sundde, lo cual no siempre es posible. A veces se encuentran con que un local tiene dos o tres depósitos. Otros comerciantes, al avistar un operativo, bajan apresuradamente la santamaría.

“Bajar la santamaría me parece una cuestión infantil, porque a los dueños de los negocios les interesa vender, y la gente que los va a supervisar viven en el mismo sector. De paso no se trata de sacrificios de su parte ya que están obteniendo márgenes de ganancias superiores porque con mayor poder adquisitivo en la población pueden adquirir más en base a la cantidad. Nosotros nos enfocan en los 25 artículos regulados. Ellos se afincan con los precios en los productos de mayor demanda”, dijo.

En relación a la reconversión monetaria y las medidas económicas, Aponte opina que provocaron un gran impacto.

“La supervisión es lo que va a garantizar que se mantenga la sonrisa en el pueblo y de cara al fin de año, las compras decembrinas. Se ve como una luz al final del túnel, con todas las medidas que se están implementando”, expresa.

Para William Ochoa, muchos venezolanos emigraron pensando que la situación venezolana iba a empeorar o se fueron engañados por la campaña mediática que busca desmembrarnos como pueblo. Ahora regresan en condiciones paupérrimas.

“Yo prefiero quedarme en el país, peleando porque las cosas cambien. Se trató de desarraigarnos como pueblo y ponernos a pelear entre nosotros. Pueblo contra pueblo, por ejemplo, con los bachaqueros”, acotó.

T/Manuel Abrizo
F/Gustavo Frisneda
Caracas