Por Hildegard Rondón de Sansó|»En manos de San Pedro» (Opinión)

El poeta Rondón-Sotillo, muy popular en la Venezuela de mediados del siglo XX y orgullo de ella, como ganador de La Rosa de Oro del “Concurso de los Juegos Florales”, en Bolívar, Argentina, en 1928, donde se premió su Canto ala América Latina, al quedar impactado por el estallido de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, dijo en un poema relativo a tal evento: “…tremenda bomba atómica, voz del Apocalipsis,/ toque de queda cósmico, admonición  astral/ del que plasmó los mundos y encendió las estrellas/ y niveló las aguas en los vasos del mar”.

Pues bien, este poema que describe todo el horror producido, termina con una luz esperanzadora en la frase que, invocando al Señor dice: “En manos de San Pedro pon la espada del Sol”.

Cuando el poema fue escrito, la figura papal aun no se había definido como la voz de la conciencia de los hombres en búsqueda de la paz. Hoy, a través del papa Francisco, la frase final del poema adquiere un elocuente significado.

Jorge Mario Bergoglio, primer Papa latinoamericano, quien asumiera el nombre de Francisco, ha sido indudablemente la figura mas representativa de los ideales del Catolicismo Moderno, es decir, de aquel que se abre hacia el mundo para comprender a todos y cada uno de quienes necesitan protección y ayuda. Esta actitud ante la vida es la que le ha permitido estar en todos los movimientos en los cuales la regla es el perdón, el amor, el rechazo de la beligerancia con base en la exclusión del odio, por ser éste generador de los sentimientos mas crueles.

El papa Francisco se ha ido acercando al sufrimiento de los hombres en todo el mundo. Fue por ello que, en noviembre del pasado año, habló a sus oyentes del III Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, cuyos integrantes son los seres mas pobres que existen, agrupados como cartoneros, recicladores de basura, vendedores ambulantes, campesinos sin tierra, desempleados.

El mensaje que el Papa le dejara a este público fue de cuatro reglas básicas que revelan una nueva Filosofía de la Religión, al señalar: la primera de ellas, que los hombres deben revelarse contra la tiranía del dinero, que es el alimento de los narcoterroristas y de todos los terroristas. Les indicaba que ninguna tiranía se sostiene sin explotar nuestros miedos: porque toda tiranía es terrorista.

Asimismo en la segunda regla el Papa dijo: “sed solidarios” con los que necesitan solidaridad, como lo son los migrantes, los refugiados y los desplazados,porque tal elemento tiene que estar presente entre los que han sufrido. Recuerda así que cuando se produce la bancarrota de un banco aparecen sumas escandalosas para salvarlo, pero cuando se produce la bancarrota de grupos humanos extensos, expulsados de su propia tierra, solo la solidaridad es capaz de prestarles auxilio.

La tercera regla consiste en revitalizar la democracia que alude a las organizaciones de los excluidos y a los estadios sociales que hoy están en crisis. Se trata de apartarse de quienes explotan el miedo y la desesperanza; que venden fórmulas de odio y crueldad o de un bienestar egoísta y una seguridad ilusoria.

Finalmente, el Papa como cuarta regla pide que se debe ser “austero”, en el sentido de huir de la corrupción, que no es exclusiva de la política, porque está también en los medios de comunicación, en las iglesias e incluso, en las organizaciones sociales.

Es por todo ello que, viendo la labor pontificia, se comprende la frase del Poeta para quien, en manos de San Pedro debe ser puesta la fuerza incontenible de la bomba atómica, que él denomina “la espada del Sol”.

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Caracas