Con el crudo Brent cayendo el lunes por debajo de 54 dólares el barril por primera vez en más de cinco años, está claro que Arabia Saudita está haciendo una apuesta masiva de 750 mil millones de dólares en 2015 de que el reino del petróleo puede soportar menores precios del crudo más que otros grandes países productores, tanto dentro como fuera de la OPEP, incluyendo el esquisto estadounidense.
Una inundación de petróleo nuevo de los productores de esquisto de Estados Unidos y arenas bituminosas de Canadá junto con la moderación de la demanda de China pueden haber sentado las bases, pero Arabia Saudita ahora está impulsando con firmeza el proceso que ha visto los precios del petróleo hundirse en cuestión de meses. A partir de octubre, Arabia Saudita indicó a los mercados mundiales que no recortaría materialmente la producción solo y contenerse de reducir la producción a menos que otros grandes países productores de petróleo también se unieran a este esfuerzo.
“Lo más importante para los saudíes es la cuota de mercado”, dijo el profesor F. Gregory Gause, experto sobre el Medio Oriente en la Universidad A&M Texas. “Ellos no van a sacrificarla, ellos jugarán a la gallina con otros productores, ya sean productores de esquisto estadounidenses o iraníes, para no perder la cuota de mercado y la única manera que recortarían la producción es si consiguen un acuerdo con una amplia selección de productores de la OPEP y no-OPEP para tomar una buena cantidad de petróleo del mercado”.
La medida de Arabia Saudita está infligiendo dolor en la economías basadas en energía de países como Irán y Rusia, y grandes compañías petroleras nacionales que van desde la rusa Rosneft hasta la brasileña Petrobras, que vieron sus acciones caer otro 8,4 % el lunes. Acciones de Continental Resources, por ejemplo, cayeron 12 %. Compañías dedicadas a la perforación en alta mar también fueron golpeadas, como Transocean, cuyas acciones cayeron otro 7% el lunes. Las acciones de Transocean cayeron en un 65% en el último año.
La decisión de Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, de no reducir la producción de petróleo y jugar el papel de productor de balance para estabilizar los precios del petróleo también le está costando al reino petrolero. Arabia Saudita recientemente publicó un presupuesto del 2015 mostrando un déficit de 38.6 mil millones de dólares, el más grande hasta ahora, proyectando una disminución significativa en los ingresos generados del petróleo. Pero Arabia Saudita ha acumulado 750 mil millones de dólares en reservas internaciones de divisas, y ha indicado que está dispuesto a gastar su reserva de efectivo y colocarla en la línea en esta batalla mundial de petróleo.
El comportamiento saudí en el mercado mundial de petróleo es informado por la experiencia del reino en la década de 1980, cuando los precios del petróleo se desplomaron por debajo de 10 dólares el barril. En ese momento, los saudíes mantuvieron el corte de producción y perdiendo la cuota de mercado debido a que otros miembros de la OPEP continuaron bombeando tanto petróleo como pudieron. En esta ocasión, los saudíes no sólo necesitan tener a otros miembros de la OPEP en línea sobre los recortes de producción, sino también a miembros no-OPEP como Rusia y México. En el caso del esquisto estadounidense, no hay hacedor de política única, pero cientos de compañías petroleras independientes que conforman un mercado que Arabia Saudita puede tratar de influir al hacer inversión futura parece ser más arriesgado y poco rentable.
“Los sauditas están poniendo el calor en todo el mundo y usted no necesita analizarlo y decir que ellos realmente están poniendo la presión sobre Irán o que realmente están poniendo presión al esquisto o a Rusia», dijo Gause. «Ellos han decidido que dada la situación actual del mercado no van a recortar hasta que otros recorten y todo tipo de jugadores van a sentir el aguijón en eso”.
Aún así, la clave para los saudíes podría ser Vladimir Putin y Rusia. El diario estadounidense The Wall Street Journal hizo algunos reportes antes de finales de año, mostrando los supuestos esfuerzos que Arabia Saudita hizo recientemente para conseguir que los productores no OPEP como Rusia coopere en los recortes de producción de petróleo. El ministro de Petróleo saudita, Ali al-Naimi, intentó que Rusia acordara recortes de producción a finales de noviembre, pero Rusia dejó claro que no estaba dispuesto a hacerlo, según informó The Wall Street Journal. “Rusia es el hueso más duro de roer”, concluyó Gause.