“Hay que empezar de nuevo desde otro horizonte, por eso planteo un pensamiento de descolonización en América Latina”, sostuvo el filósofo mexicano de origen argentino Enrique Dussel en una conferencia dictada durante la sesión de apertura de la I Escuela de Formación Ecosocialista y Pensamiento Crítico Descolonial, efectuada el lunes en la sede de la Universidad de la Artes (Uneartes).
Durante su visita al país, Dussel ha insistido en la necesidad de romper el cordón umbilical del pensamiento con el centro capitalista de los países europeos y estadounidenses. Como parte de eso proceso reconoció el avance que se ha dado en los países con gobierno progresistas.
En especial reconoció el rol del comandante Hugo Chávez como uno de los que enfrentó al neoliberalismo que viene del centro capitalista y se empeñó en avanzar hacia otro modelo de sociedad. Mencionó también a Evo Morales, del que dijo que ejerce “el poder obedencial”, porque viene de la voluntad del pueblo.
Ante la actual situación de avance de la derecha en varios países de la región, el intelectual y principal vocero del pensamiento crítico en el continente aseguró que se han dado dos pasos hacia adelante y ahora uno hacia atrás, pero insistió en que de ninguna manera “se pueda hablar de triunfo de la reacción”.
Por eso es necesario construir una política que vaya más allá de la modernidad, a la que llama transmoderna. “No es el sistema presente, sino el futuro. Venezuela se encuentra en un momento de transición, como queriendo construir un nuevo sistema, y los oponentes luchan desde el pasado. Estamos en el medio, lo que quiere decir que hay un sistema vigente y uno futuro”, planteó.
El intelectual latinoamericano indicó que el tema es la transición del sistema vigente a uno futuro. “Eso no lo ha pensado nunca la filosofía ni la política moderna. Ahí tenemos el paradigma en el que funcionan los tres principios: hay una praxis crítica, deconstructiva del sistema. Hay una destrucción de las instituciones que ya no sirven y hay principios normativos que viene de la crítica negativa”, detalló.
“La izquierda en América Latina siempre ha estado en esa posición crítica, pero de pronto en algunos países logran empezar a construir el nuevo sistema y ahora es responsable. Ya no es asunto de criticar sino de hacer. Eso es más difícil. Es donde se encontraba Hugo Chávez”, aseveró.
Eso no quiere decir, según Dussel, que la crítica no sirviera en ese momento, pero era fundamental “iluminar la construcción de la novedad”. Ahí a la izquierda no le ayuda mucho porque no tenía práctica de ejercicio del poder creativo.
“El militante de base, que era pobre, vivía en un barrio, de pronto es elegido representante y forma parte de estructuras de un nuevo Estado, pero recibe un salario tres veces más grande que el que antes recibía y viaja en auto privado y se mudó a una casa fuera del barrio. Ya se corrompió sin darse cuenta”, comentó el filósofo.
Para Dussel ese militante debió permanecer en la base luchando para que naciera el nuevo sistema. Eso fue lo que pasó en Argentina y en Brasil, mucha de la gente de izquierda se ha dejando tentar por ciertas cosas y ahora debe “purificarse para comenzar de nuevo. Porque ahora tiene experiencia de Gobierno y experiencia de como se puede corromper”, alertó.
El intelectual llamó a seguir la lucha y no desanimarse. Desde la perspectiva del pensamiento crítico, aseveró que la historia es como un forcejeo, una dialéctica compleja a largo plazo, aun los triunfos también son cortos y hay que saber acumular fuerzas para los próximos dos pasos adelante.
“Tenemos que estudiar las cosas de otra manera. Los latinoamericanos estamos exigidos a hacer todo de nuevo, porque todo lo que nos cuentan son construcciones ideológicas. Aun de los que se creen más críticos”, sentenció uno de los pioneros del pensamiento crítico en América Latina.
Fue en lo sesenta que comenzó el pensamiento crítico y fue en esa época que fue gestando su propuesta de “descolonizar la interpretación de la historia y de la filosofía”.
NUESTROAMERICANO
La descolonización del pensamiento consiste en la crítica a la visión dominante que viene desde Europa, se trata de una geopolítica de conocimiento que es necesario ir construyendo. Idea en la que se ha empeñado el filósofo.
En su perspectiva, la modernidad constituyó un manejo de la interpretación de la realidad que fue impuesta por Occidente y que ha permeado a todo el mundo. “Es una visión eurocentrista, es un discurso que tapa todo y deja solo a Europa. Es nuestro problema, porque hoy toda la visión en América Latina es eurocéntrica”, recalcó.
Planteó la necesidad de tratar como un problema la colonización epistemológica que padece la región. “Creo que nuestra problemática empieza a tocar eso que se llama pensamiento universal, que es el eurocentrismo pero ahora globalizado. Hemos empezado a poner nuestras preguntas en el mundo, lo que nunca había acontecido”, añadió.
Su punto de vista es que con la crítica al eurocentrismo, ese continente permitirá no solo que se descubran a sí mismos y al “Sur”, sino que examinen el papel que ha cumplido Europa en la modernidad.
Insistió en que la crítica es a la modernidad, porque la posmodernidad es la etapa última de la modernidad, se mantiene en la misma visión eurocéntrica. “El mundo nunca vivirá ‘la condición posmoderna’ porque desapareceríamos antes por situaciones ecológicas. Si viviéramos el mismo estilo de vida de Europa necesitaríamos otro planeta para sustentar nuestro estilo de vida. De lo que se trata es de ir más allá de la modernidad, en una nueva edad del mundo, que va a ser poscapitalista y ecológica”.
CONCEPCIONES DEL PASADO
Planteó que se debe construir una nueva visión y a eso le llamo “transmodernidad”, no posmodernidad, sino ir más allá de la modernidad y del capitalismo. Atribuyó a Georg Wilhelm Friedrich Hegel la creación de manera deliberada de la visión eurocentrista del mundo que ha permanecido hasta ahora, y por eso es necesario cambiar esa forma de pensar.
“Hay que seguir en esta corriente. Si no se inventa una ciencia que parta de nosotros, somos sucursaleros. Necesitamos hacer una historia que permite construir otra historia desde América Latina. Es una tarea muy difícil porque hay que recuperar archivos olvidados, queremos un pensamiento que vaya más allá de la modernidad”, planteó.
La posmodernidad es una crítica a la modernidad pero desde la perspectiva de Europa, del eurocentrismo, por eso Dussel insiste sobre las concepciones del pasado y la necesidad de una nueva enseñanza de la historia que no sea desde el Viejo Continente.
Todo el mundo ha sido colonizado con esta visión del mundo, inclusive China e India y la civilización árabe, que desarrollaron una revolución industrial mucho a antes que Europa. Esta imposición no fue con la guerra o la conquista en el caso de China, pero sí epistemológicamente, acotó el intelectual latinoamericano.
IMPACTO ECOLÓGICO
La modernidad está llegando a su límite de destrucción de la vida en la tierra y generando una desigualdad gigantesca. Eso es eurocentrismo porque creen que han construido una gran civilización. En parte sí, pero fue algo que empezó en China y en el mundo árabe, como lo evidencian las matemáticas y los vestigios de revolución industrial en China mucho antes que en Inglaterra.
Además, los europeos dependen de Asia y no lo reconocen. Por supuesto, en Asia también hay otras formas que están aniquilando el mundo, como el estalinismo chino, que ha superado en producción a los Estados Unidos, causando igual o más daños ecológicos con su modelo de producción.
Eso su suma a el desastre de estados Unidos, que todavía se mantiene como potencia militar “indiscutida”. “La historia del siglo XXI y XXII dirá que los bárbaros destruyeron a Bagdad”, se lamentó Dussel.
LA FILOSOFÍA DE LA LIBERACIÓN
El proyecto de la filosofía de la liberación es, sin dudas, uno de los más importantes esfuerzos intelectuales elaborados desde América Latina para la comprensión crítica de los problemas que afectan a los pueblos, en particular de nuestra región.
Aunque sus partidarios y propulsores vienen de la corriente marxista, que parte de la visión eurocéntrica, tiene como finalidad romper con esa cosmovisión. Es un intento de la filosofía de pensar en y desde los oprimidos.
Ese es el empeño de Enrique Dussel, profesor en el Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Iztapalapa (Ciudad de México) y licenciado en Filosofía de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, en Argentina, país del cual tuvo que salir exiliado en 1975.
Este proyecto filosófico que conecta con el nacimiento del pensamiento crítico, surgió entrado los años sesenta a partir de lo que el intelectual mexicano-argentino, uno de sus fundadores, identifica como el “descubrimiento” de la masividad de la dominación que se juega en los diferentes ejes (centro-periferia, élites-masas, hombre-mujer).
A lo largo de su obra, Dussel plantea la necesidad de un tratamiento filosófico crítico-comprensivo de esa construcción de la dominación con un horizonte de transformación social emancipatoria.