Entre el grito y el silencio: monumento a un pueblo corajudo

“A todos aquellos que ofrendaron su vida por reafirmar el liderazgo legítimo y soberano del presidente Chávez”, reza el último párrafo de la placa colocada al pie del monumento que conmemora los caídos de Puente Llaguno, aquel fatídico 11 de abril de 2002 . Allí, y en las inmediaciones, abarcando la avanida Baralt, un puñado de venezolanos que defendían a la democracia y al comandante Chávez fueron asesinados y heridos por policías y francotiradores al servicio de la derecha venezolana y su macabro plan. Sin embargo, el pueblo en gesto heroico resistió a pesar de las balas.

El monumento, concebido por el escultor Carlos Prada, titulado “Entre el grito y el silencio”, expresa el horror sufrido por el pueblo en aquel sitio en aquellas horas dramáticas en que la derecha con apoyo internacional no dudó en asesinar a ciudadanos inocentes parea consumar sus apetencias políticas y recuperar los privilegios que habían gozado durante 500 años, hasta que llegó Chávez.

Héctor Guzmán, Juan Acosta y Fernando Mendoza estuvieron hace 16 años en Puente Llaguno “defendiendo a Chávez y a la patria ante la arremetida fascista». Los tres fueron heridos por disparos de la Policía Metropolitana. Sobrevivieron milagrosamente. Ayer por casualidad se juntaron de nuevo. Recordaron aquellos dolorosos momentos, y ratificaron su compromiso con la consigna asumida por los revolucionarios : “Si vuelven como el 11, volveremos como el 13”.

T/ CO
F/ Gustavo Frisneda