Tulio Monsalve | Escasez y clínica (Opinión)

Conocedores del área clínica analizan la novedosa y creciente tendencia de sus pacientes a declarar temores que afectan su salud mental.

Los síntomas que delatan corresponden a cuadros que podemos calificar como depresivos.

Dañinos, por cuanto limitan de forma preocupante la capacidad productiva y afectan sus relaciones sociales y familiares.

Sin duda, el cuadro de carencias reales posee un factor externo -falta de abastecimiento, irregularidad en la distribución de bienes básicos y colas– que podrían causar lo interno: la angustia que padecen.

Sin embargo, el cuadro pudiera estar incompleto, si a la carencia real no le agregamos el factor comunicacional y propagandístico que le confiere al fenómeno un peligroso detonante, que termina por debilitar la psiquis mas estable.

Decir cuál de las dos factores es sobre determinante es poco exacto. Excluir uno de ellos, es impropio.

Deberíamos revisar la mezcla de ambos para resolver el fenómeno de la angustia que tiende a hacerse alarmante.

Un antecedente puede ayudar a orientar sobre una explicación del fenómeno. Durante la huelga general que hubo desde diciembre 2002 hasta febrero 2003, se padecieron mas carencias que ahora.

Sin embargo, la gente en ningún momento sintió esta sintomatología. Obvio, faltaba el peso de la descarga comunicacional y propagandística que lleva mas de 12 años encargándose de crear condiciones que aterrorizan y son fermento para que surja la tendencia que hoy se siente. ¿Será así?

T/ Tulio Monsalve