Han tardado en reaccionar ante la barbarie, pero finalmente han anunciado que tomarán cartas en el asunto de manera inmediata. «Hablamos de 400.000 a 700.000 migrantes africanos en Libia», ha afirmado este jueves en rueda de prensa el presidente de la comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, en el marco de la quinta cumbre euroafricana sobre inmigración que se está celebrando en Abiyán, Costa de Marfil.

Cientos de miles de personas que se encuentran en «condiciones inhumanas», siendo víctimas de trata, encerrados en campos de detención y vendidos en subastas, según publicó la cadena CNN hace pocas semanas. Ha sido gracias a este reportaje, que muestra la cara más siniestra de las migraciones a su paso por Libia, cuando los líderes internacionales no han tenido más remedio que reaccionar ante un fenómeno del que ya habían alertado hace tiempo diferentes ONGs y organismo internacionales.

«No sólo se trata de un campo» de detención de inmigrantes, ha hecho hincapié Faki Mahamate, quien ha aludido a que el Gobierno libio ─una facción reconocida por la ONU─ les ha asegurado que hay 42, aunque «seguramente hay más que eso. Hablamos de 400.000 a 700.000 migrantes africanos en Libia», ha dicho. Por el momento, la Unión Europea, la Unión Africana y la ONU se han comprometido a trabajar en la repatriación urgente de al menos 3.800 migrantes subsaharianos que ahora mismo se encuentran en situaciones de esclavitud, a merced de las mafias del tráfico de personas, sin saber si serán vendidos para trabajo esclavo en Libia o si serán lanzados en barcas hinchables al Mediterráneo para intentar llegar a Europa. Una ruta que se ha tragado más de 3 mil vidas en lo que va de 2017. Es el cuatro año consecutivo que más de 3.000 migrantes y refuguados mueren ahogados en el Mediterráneo, según la Organización Internacionalizar para las Migraciones (OIM).

«En coordinación con la UE y la ONU junto con la OIM vamos a establecer un Grupo de Trabajo para actuar rápidamente» y evacuar a «3.800» migrantes de Libia, ha dicho el portavoz africano, que ha recordado que la UA ha visitado algunos campos de Trípoli donde ha constatado las deplorables condiciones de los migrantes. «Quieren salir de ahí lo más rápidamente posible», ha dicho Mahamat, según ha podido constatar la misión enviada, que regresó ayer a Abiyán.

Según Mahamat, es necesaria una cooperación en «inteligencia y policía» entre los dos continentes con el objetivo de «desmantelar las organizaciones y detener este fenómeno» porque la trata no sólo pasa en Libia, sino en otros estados africanos, ya que hay toda una «red» y se necesita de «todos los Estados del mundo para identificar a estas personas» y llevarlas a la justicia, lo que ha calificado como un «paso lógico».

Tusk pide colaboración a los países africanos

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tabién ha reclamado este jueves a los líderes africanos colaborar en la «responsabilidad compartida» de gestionar las migraciones y velar por que las víctimas de la trata en Libia puedan volver a sus países de origen en condiciones de seguridad.

«Para involucrarnos es imprescindible que nos aseguremos que las víctimas de esa terrible tragedia fruto del peor cinismo humano puedan volver a casa de forma segura», afirmó Tusk en la rueda de prensa final de la quinta cumbre euroafricana.

Libia asegura que desconocía la venta de personas

Por su parte, el Gobierno libio reconocido por la ONU niega que existan subastas de seres humanos en su territorio y asegura que, si las imágenes difundidas por la CNN fueran ciertas, los culpables serán perseguidos, juzgados y condenados por comerciar con personas.

El encargado de negocios y embajador accidental en España, Walid Abuabdalla, ha manifestado este jueves que el problema de la inmigración en su país no se resuelve de manera unilateral, sino que debe ser afrontado conjunta y solidariamente con todos los estados vecinos.

Abuabdalla, que sustituye al fallecido embajador Mohamed Alfaqeeh Saleh, reiteró que el «territorio libio no es ni el origen ni el destino» de los inmigrantes, y añadió que su país es sólo «la costa del norte de África».

El diplomático insistió en que la grabación emitida por la cadena estadounidense CNN lo que refleja son unos «presuntos hechos criminales y a los criminales que los perpetran».

«Si fuera cierto ese vídeo, no debería decir que es una subasta de personas, sino que eran un grupo de criminales que cometían varios crímenes», expuso Abuabdalla, quien remató que los hechos narrados en el reportaje eran «desconocidos por las autoridades». Indicó que tal y como aparece en las imágenes es algo que «ocurre de noche en un lugar desconocido a las afueras de Trípoli».

En su opinión, es sintomático que se vea así «y no en la calle», lo que prueba que es «un fenómeno nuevo que surge en la sociedad». Por el contrario no consideró que fuese nueva «la campaña» informativa que, según Libia, se ha organizado con el fenómeno de la inmigración en territorio libio.

Abuabdalla mostró su «extrañeza» por la coincidencia de la denuncia televisiva de trata de seres humanos con la celebración de la cumbre de la Unión Europea con la Unión Africana en Abiyán (Costa de Marfil) y la «rapidez» con la que el presidente francés, Emmanuel Macron, llevó el asunto al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

El diplomático insistió en que no son las medidas unilaterales las adecuadas para resolver el problema y recordó las enormes dimensiones de las fronteras libias y sus dificultades para controlarlas, en un escenario de inestabilidad política desde la caída del régimen del coronel Muamar Gadafi en 2011.

Sí que hay «bandas criminales que se han aprovechado de la confusión en Libia», puntualizó al referirse al paso de los subsaharianos que atraviesan el desierto de su país para llegar a las costas libias frente a los países europeos que, precisó, son el destino de los inmigrantes.

Citó como ejemplo de colaboración a Italia y reclamó mayor apoyo a la modernización de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado libio, en su frágil transición con un escenario de posibles elecciones el próximo año bajo los auspicios de Naciones Unidas.

«Un sólo país no puede hacerlo» reconoció el diplomático libio, que insistió en la necesidad de mejorar el control de sus fronteras por los países vecinos, a los que -consideró- no se señala con la misma intensidad que a Libia.

F/Publico.es
F/Reuters