Los motivos del lobo|Escrito desde España

Hay un par de libros imprescindibles en la poesía del mundo que nacieron como expresión de amor y solidaridad a los pueblos de España por parte de dos poetas de Nuestramérica. Los escribieron ante el terrible avance del fascismo, a final de los años treinta del siglo pasado, en plena Guerra Civil.

Son España en el Corazón, de Pablo Neruda y España, aparta de mí ese cáliz, de César Vallejo. Hoy regresan a mi memoria.

Y pienso ahora, casi 80 años después, que los pueblos de España hubieran merecido una mejor suerte que la que les fue deparando la vida en su devenir. Pues en aquel momento el fascismo triunfó y todavía perviven sus secuelas.

¡Tanta lucha, tanta muerte, tanto sacrificio, tanto exilio! Me produce un poco de lástima el destino histórico del pueblo español a lo largo de ese tiempo, que estuvo marcado en su primera mitad por una larga y cruel dictadura, y en su segunda etapa, aun vigente, por una caricatura formal de democracia en el escenario de un régimen monárquico.

(Pues la democracia y la libertad españolas son a la democracia y libertad verdaderas lo que el café soluble instantáneo es a un café como, por ejemplo, el de Biscucuy, que es insuperable. O sea: un sucedáneo. Una fallida imitación. Y más nada.)

España es así, hoy por hoy, el sometido país de las apariencias y las hipocresías. ¡Qué pena! ¡Qué pena con su pueblo trabajador, tan digno y, al mismo tiempo, tan avasallado!

Se me hace necesario destacar lo que contribuyen los medios de comunicación a ese sometimiento. En cuanto al uso de la libertad de expresión (un supuesto legal), la verdad es que es difícil concebir un panorama más opaco. Pues lo que desde hace tiempo ofrece España en términos de medios impresos, radiales y televisivos es un paisaje totalmente plano, monocorde y monótono, atravesado por el desolado zumbido del pensamiento único. Es una sola voz, una sola opinión y una sola visión del mundo las que condicionan estos medios.

En estos días tuve la oportunidad de ver a unas patéticas marujas de la televisión española, hablando mal de Venezuela y burlándose de Diosdado. ¿Qué puedo decir? Me molestaron pero también me dieron algo de pena ajena. Pues enseguida pensé que aunque la ignorancia y la estupidez suelen ir juntas, cuando además se adornan con un poquito de maldad y un mucho de soberbia, el resultado es espeluznante.

T/ Francisco de Asís
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Madrid / EspañaT/ Francisco de Asís