España: Las derechas y la ultraderecha toman el control en Andalucía por primera vez en democracia

Las derechas y la ultraderecha han tomado el control del Parlamento de Andalucía por primera vez en democracia. Solo una vez la presidencia de la Cámara había estado en manos de un partido diferente al PSOE. En la legislatura llamada de la pinza, entre 1994 y 1996, que duró solo dos años, en la que PP e IU se dedicaron a complicarle la vida al entonces presidente, Manuel Chaves (PSOE), que había ganado las elecciones, Diego Valderas (IU) fue elegido como presidente. Antes y después, estos siempre han sido socialistas. Hasta esta mañana, en que Marta Bosquet, diputada de Ciudadanos, fue elegida con los 59 votos que sumaron el partido de ultraderecha Vox, el PP y su propio partido.

Las primeras votaciones en el nuevo Parlamento de Andalucía evidenciaron con claridad que la triple alianza de Vox, PP y Ciudadanos no tiene la intención de desaprovechar la inesperada oportunidad que se les presentó el pasado 2 de diciembre y que, tras tomar la escena parlamentaria, lo que supone controlar los tiempos, las agendas y los temas a tratar pleno tras pleno, van a propiciar también un cambio de Gobierno en Andalucía a mediados de enero, en torno al día 16, como quiere Juanma Moreno, presidente del PP de Andalucía, quien será elegido como presidente de la Junta, si logra acomodar las exigencias que hoy por hoy aún le plantea Vox.

Sin embargo, después de esta votación conjunta entre los tres partidos para la presidencia de la Cámara, si había algún tipo de miedo, de prevención en Ciudadanos ante el matrimonio con Vox en Andalucía, se ha perdido ya. Y esta mañana se visualizó con claridad quiénes van a protagonizar el cambio hacia la derecha en Andalucía: Vox, PP y Ciudadanos.

En este ambiente, el PSOE de Susana Díaz, por primera vez irrelevante en la toma de decisiones en Andalucía, optó por hacer un guiño simbólico a la coalición de izquierdas Adelante Andalucía y le votó a su candidata a la presidencia del Parlamento, Inmaculada Nieto, por lo que logró 50 votos por los 59 que obtuvo Bosquet. El PSOE lo hizo así para que se viera con claridad que PP y Ciudadanos no se bastan solos, sino que necesitan de Vox para cualquier paso importante que quieran dar. Los socialistas se preparan ya para girar a la izquierda frente a la triple alianza y atrincherarse en la oposición, con la esperanza de recuperar el Gobierno en Andalucía en cuanto vuelva a haber elecciones.

Pero los gestos del PSOE hacia Adelante Andalucía se quedaron en eso, en meros gestos. Y así, en este nuevo escenario político, escorado hacia la derecha, el gran perjudicado fue esta mañana Adelante Andalucía, que se quedó fuera de la Mesa de Parlamento, a pesar de tener cinco escaños más que Vox, merced al pacto de las derechas, y no descarta acudir los tribunales por ello. La votación de las vicepresidencias y las secretarías quedó como sigue, dos para el PP (Esperanza Oña, como vicepresidenta primera y Manuel Andrés González, como secretario), dos para el PSOE (Teresa Jiménez, como vicepresidenta segunda, y Verónica Pérez, como secretaria), otra para Ciudadanos, que suma a la presidencia (Julio Díaz, vicepresidente tercero) y una última para Vox, (Manuel Gavira como secretario). Por tanto, la alianza de derechas con la ultraderecha suma en total cinco puestos por solo dos del PSOE.

Antes de que Bosquet y los nuevos miembros tomaran posesión de su cargo, una vez que terminó la votación, que fue dirigida por la presidenta de la mesa de edad, la diputada del PSOE Marisa Bustinduy, la de mayor edad de la Cámara, Antonio Maíllo, portavoz de Adelante Andalucía tomó la palabra y defendió su derecho a estar en la Mesa: “La composición de la mesa que acaba de anunciar es contraria al reglamento de este parlamento. Solicito que corrija esta situación y se aplique el artículo 36 del parlamento que dice lo siguiente: “Todos los partidos, federaciones y coaliciones que, habiendo concurrido a las anteriores elecciones,
hubieran obtenido en las mismas representación suficiente para constituir Grupo parlamentario, tendrán derecho a estar presentes en la Mesa». Y el grupo parlamentario de Adelante Andalucía no se encuentra ahora mismo entre los miembros de esa mesa».

Maíllo reivindica su sitio

La legislatura pasada se dio una situación similar. La Mesa de la Cámara en Andalucía tiene siete miembros y en un Parlamento fragmentado, con cinco partidos en liza -entonces eran PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos e IU- al elegirse, como regulan los artículos 33 y 34 por votación, y al no haber acuerdo entre partidos, uno de ellos se quedaba irremediablemente fuera. Entonces, en el arranque de la pasada legislatura, el veterano dirigente socialista Luis Pizarro, quien presidía la mesa de edad, aplicó por su cuenta y riesgo el artículo 36 y sacó de la Mesa a la diputada del PP, Patricia del Pozo, que había sido votada, para meter al diputado de IU, José Antonio Castro. El asunto acabó en el Tribunal Constitucional, que le dio la razón al PP, al primar la votación por encima del artículo 36. Castro acabó por tener una vocalía, con voz, pero sin voto, después de un acuerdo entre partidos. A esa decisión de los magistrados se refirió Bustinduy para no hacer esta vez lo mismo que hizo Pizarro. Se inició así el siguiente diálogo entre Maíllo y Bustinduy.

Bustinduy: «Como usted bien conoce existe una sentencia del TC, que confirma en su caso la Mesa del Parlamento que se acaba de elegir. Está válidamente constituida. Todo ello sin ningún perjuicio de lo que pueda disponer la Mesa».

Maíllo: «Esta legislatura comienza con el incumplimiento flagrante del reglamento. Obvia el voto de 600.000 andaluces. La sentencia es un recurso de amparo, de efectos entre las partes. El TC podría haber sometido el artículo 36 a examen de constitucionalidad. Pero este tiene plena vigencia. Exigimos la participación en igualdad. Nos parecería un gran escándalo que un grupo con 17 escaños se encuentre excluido y no lo esté un grupo con menos representación porque PP y Ciudadanos lo han apoyado».

Bustinduy: «Voy a hacer una nueva consulta al letrado. Pero […] lo que le he dicho ya viene de hacer una consulta previa. Nos dejaremos guiar por su criterio». […] «A juicio del letrado, la sentencia es de total aplicación, sin menoscabo de que la mesa pueda tomar las consideraciones oportunas».

Maíllo: «Estamos en una situación de profundo desamparo. Y de dejación de funciones. En la anterior legislatura el presidente de la mesa de edad, garantizó el artículo 36, que sigue hoy plenamente vigente. Usted hace dejación de funciones y delega en grupos parlamentarios que son parte. Le ruego que recapacite, porque la. democracia en Andalucía se lo agradecerá y ahora más que nunca».

Bustinduy: «Una vez habiéndose vertido la consulta al letrado, la Mesa está legalmente constituida. Vamos a continuar con el acto de juramento o promesa de los diputados. No tiene sentido seguir en esta dirección».

En ese momento, tomó la palabra el Portavoz del PSOE, Mario Jiménez, quien apoyó a Bustinduy, habida cuenta de la existencia de la sentencia del TC, pero también reclamó un puesto en la Mesa para Adelante Andalucía. Dijo Jiménez: «Queremos hacer constar que la mesa de la Cámara estará en una situación de incumplimiento flagrante del reglamento. Queremos plantear que, de manera inmediata, hoy mismo si fuera posible, se cumpla el reglamento. Queremos hacer constar nuestra petición para que la Mesa de la Cámara se reúna de urgencia y aplique el artículo 36 del reglamento».

A continuación, con el ambiente caldeado, se inició el proceso de jura o promesa del cargo de los diputados y diputadas, que se convirtió en un vodevil, con puntos bochornosos, al dejarse enredar la nueva presidenta, Marta Bosquet, por la vicepresidenta Esperanza Oña, del PP. Bosquet liquidó, en aras de ganar tiempo, la fórmula habitual, en la que la presidenta, de pie, delante del Estatuto y la Constitución, pregunta a cada diputado si jura o promete, y cada diputado jura o promete. Pero Bosquet dejó que unos pocos diputados jurasen o prometiesen el cargo de pie, al modo tradicional, pero luego decidió que lo hiciesen desde sus escaños, siguiendo los deseos de Oña. La decisión causó cierta bronca, otra protesta de Maíllo, y las amenazas de expulsión de Bosquet a un par de diputados. Así arrancó la XI Legislatura en Andalucía, en la que manda una alianza de derechas, junto con la ultraderecha.

F/Publico.es
F/EFE