Los acreedores internacionales integrantes de la llamada troika someterán a España a un nuevo examen a partir del 26 de este mes, con el fin de verificar si cumple las exigencias del rescate bancario que recibió.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que integran esa triada, también comprobarán el estado actual del sistema bancario español.
Esta será la cuarta visita de la troika a nación desde que el Eurogrupo aprobó en julio de 2012 un préstamo de 100 mil millones de euros para salvar a la banca, y la penúltima misión antes de que concluya el programa de ayuda el próximo mes de diciembre.
Al término de la comprobación anterior durante el pasado mes de julio, los inspectores concluyeron que no había motivos para considerar más desembolsos del rescate, más allá de los 41 mil 300 millones de euros ya utilizados.
Además, constataron que el cumplimiento de las condiciones exigidas a España en materia de reforma del sector financiero estaba prácticamente completado.
No obstante, la troika alertó de que la banca española se mantiene vulnerable por la mala situación económica, el aumento de la morosidad y la supresión de las cláusulas suelo de las hipotecas tras una sentencia del Tribunal Supremo.
Precisamente, el Eurogrupo decidió en julio aplazar hasta el otoño la discusión sobre las opciones de salida, una vez que concluya el rescate bancario.
Una de las opciones propuestas por Bruselas es prorrogar el rescate de forma que España pueda utilizar los 60 mil millones de euros restantes, en caso de que aparezcan nuevas necesidades de capital en la revisión de activos.
También podrá emplearse ese monto en dependencia de los resultados de la nueva ronda de test de estrés, que harán el Banco Central Europeo y la Autoridad Bancaria Europea a principios de 2014.
Sin embargo, el Gobierno rechazó esa posibilidad alegando que el Tesoro tiene acceso a los mercados y puede conseguir financiación a tipos razonables, a diferencia de lo que ocurría hace un año.
El Ministerio de Economía descartó el martes último que la banca española necesite más ayudas públicas.