España revisa toda su red ferroviaria para mejorar la seguridad tras el accidente en Santiago de Compostela, con saldo de 79 muertos, anunció este viernes ante el Congreso de Diputados la ministra de Fomento, Ana Pastor.
La titular apuntó que su departamento hace una revisión general de las velocidades, los protocolos y sistemas en todas las líneas, como parte de una auditoría solicitada por ella misma al día siguiente del siniestro.
Durante su intervención, Pastor presentó un paquete de 20 medidas destinadas a reforzar la seguridad del transporte ferroviario español, que incluye aspectos relacionados con la señalización, las comunicaciones y normativas para regular la conducta de los pasajeros y el accionar de los conductores.
Así, por ejemplo, se profundizará en la posible instalación de un sistema satelital para trenes, como respaldo a la estructura de señalización, destacó Pastor.
Enfatizó, sobre todo, en el análisis de los matices psicológicos de los conductores (control de estrés, actividad repetitiva, concentración, y otros) para orientar la formación continua de estos profesionales.
La seguridad en las vías férreas españolas centra el debate al interior del Gobierno, y de las discusiones emergerán las posibles causas de la tragedia, ocurrida en julio pasado.
El presidente del Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferré, señaló como presunta causa la sustitución del sistema de frenado automático del vehículo descarrilado en Santiago, por uno menos avanzado.
También culpó a los gestores anteriores de Adif y al antiguo liderazgo del Ministerio de Fomento del Partido Socialista Obrero Español.
Ferré alegó que el ancho de vía del tramo entre Ourense y Santiago, se construyó fuera de los estándares internacionales y para no reducir el tiempo de circulación, se erigió con dimisiones convencionales.
Sin embargo, la culpa continúa en el aire y no se logra un consenso al respecto.
Por un lado, el Gobierno de Mariano Rajoy pide explicaciones, mientras, por otro, medios de prensa refieren que tales cambios estructurales en los trenes y vías fueron medidas para ahorrar fondos ante la intensa crisis económica que afronta España.