En una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, el Presidente de México, Felipe Calderón, abordó el pasado 20 de mayo, una serie de temas críticos, entre ellos, el tráfico ilícito de drogas y de armas, la economía y el comercio, donde se atrevió -presionado por el pueblo mexicano- a denunciar como discriminatoria la nueva legislación migratoria del estado de Arizona SB1070.
A tan sólo 6 días de dicha sesión, la respuesta del gobierno del presidente Barack Obama fue enviar más soldados a la frontera con México.
Ante este hecho los senadores aztecas han rechazado la decisión del presidente norteamericano y afirman que el objetivo es otro: «buscar impedir el paso de inmigrantes por la zona limítrofe hacia los Estados Unidos».
El senador mexicano Carlos Navarrete, del Partido de la Revolución Democrática, señaló al respecto, que «la medida no arregla nada y sólo dificultará el paso de los mexicanos hacia los Estados Unidos, incrementará el riesgo para los migrantes y no servirá de nada para detener el tráfico de armas».
«Esta es una excusa usada por la Casa Blanca para militarizar la frontera con México con más de 1200 efectivos», puntualizó el senador.