Los días 5 y 6 de mayo se realizará las 1ra Jornada «¡Marx vive! ¡Viva Marx!». La actividad es organizada por la Dirección General de Producción y Recreación de Saberes de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) con motivo de cumplirse el 196° aniversario de su nacimiento.
El evento se realizará en la Sala «Carlos Cruz Diez», ubicada en el piso 10 del Edificio Sede de la UBV, en Los Chaguaramos.
La información fue suministrada por la Prof. Maritza Capote, Directora General de Producción y Recreación de Saberes de la UBV, quien agregó que: «La importancia de Marx como filósofo, sociólogo, economista e historiador y, sobre todo, como revolucionario, está fuera de toda duda.
«Quienes le temen procuran inculcar miedo en las nuevas generaciones y en quienes se acercan a la revolución por primera vez, con la finalidad de impedir que sus lecciones sigan acerando voluntades y forjando luchadores consecuentes en contra del capitalismo y todas sus excrecencias. Por ello, el mejor homenaje es estimular la lectura y la reflexión sobre su obra y sobre la enseñanza que la misma puede aún proporcionar a todos los procesos revolucionarios que se realizan en el mundo», expresó.
Carlos Marx
En los brazos de Jenny, Carlos Marx descansaba:
era un niño el león, ella lo acariciaba.
Venía de los más hondos y oscuros recovecos
y aun dormido el rugir, estremecían sus ecos.
Sabía más que nadie de dinero y riqueza
y junto a Jenny e hijos, de vivir en pobreza.
Su saber florecía de incesante batalla
contra la organizada mentira y la canalla.
Tenía para el combate una exclusiva mente
que deslumbraba al sol y esclarecía a la gente.
Y un escudero egregio, Federico nombrado:
lo secundaba en mente y era un bravo soldado.
Ambos iban llevando fuego y luz, descubiertos
al violar lo estatuido y retar los entuertos.
Fuego y luz que debían llegar al explotado
para encender el alba del futuro anunciado.
Amasó de Aristóteles, Spinoza, el fecundo
Hegel, el buen Feuerbach, el gran pensar del mundo,
toda sabiduría arraizada en el hombre,
y creó un pan de vida mentado con su nombre.
Y aprendió, sobre todo, del esclavo, del siervo
y el proletario atados por un nudo protervo.
Y la ciencia forjada para cambiar la historia
puso en manos de aquellos y anunció su victoria.
Roque Dalton, poeta, lo juzgó responsable
de la felicidad que camina, y culpable
de la esperanza humana y el corregir a Dios:
bienvenido el poeta, biennacida su voz.
Todo eso transcurrió en Germania, la Galia
y la Albión al amparo de Jenny de Westfalia.
Y tocó los andares de cada continente
y sigue por ahí en perpetuo presente.
Junto al chico y el grande –Bolívar, Lenin, Rosa
y todos– Marx trabaja y casi no reposa.
¡Gloria eterna al maestro que ardió en cumbre y abismo
levantando la estrella roja del comunismo!
Freddy J. Melo
Caracas, diciembre, 2013