Este año el cine está de fiesta por los 60 años de la obra maestra de Hitchcock: Psicosis

El próximo mes de junio se cumplirán seis décadas del estreno Psicosis, obra maestra del maestro del suspenso Alfred Hitchcock, quién, de acuerdo al proveedor de contenidos Cine54, además de ser un cineasta excepcional, tenía un talento natural para el mercadeo de sus propias películas.

Alfred Hitchcock, dice Cine54, fue de los primeros en considerar la experiencia del espectador como arma principal para captar a las masas utilizando todo tipo de triquiñuelas para llenar las salas de cine. Y probablemente fue el pionero de las hoy muy conocidas campañas de intriga como herramientas de mercadeo. Alfred Hitchcock sabía vender sus películas mejor que nadie.

¿LEYENDAS URBANAS?

En el caso de Psicosis, la campaña de marketing fue larguísima y enorme. Paramount necesitaba recuperar su inversión tras aportar cientos de miles de dólares a ciegas, y así nacieron muchas anécdotas y leyendas alrededor de la película. Por ejemplo, la que dice que el director compró todas las copias de la novela publicada en 1959 para que los espectadores no conocieran el giro final de la historia. Pero… ¿es verdad?

Veamos. Psicosis se estrenó el 16 de junio de 1960. La novela de Robert Bloch lo hizo en 1959, es decir que estuvo varios meses disponible en librerías. Sin embargo, en una era preinternet, sin destripes (definidos usualmente con la voz inglesa spoilers) en Twitter y sin foros de fans creando teorías, el director tenía la ventaja de que solo unos pocos conocían la historia hasta el final.

Alfred Hitchcock fue más lejos que ningún otro cineasta por aquel entonces para asegurar el secretismo y la sorpresa de los giros que guarda la película. Porque, ¿qué sentido tiene ver Psicosis si sabes el secreto de Norman Bates o la escena de la ducha (esa cuyo sonido de cuchillo lograron dando puñaladas a un melón)? Y así surgió la historia que afirma que compró todas las copias de la novela para evitar destripes. Recientemente un artículo de Variety lo daban por hecho, pero tras investigar un poco, se encontró que la anécdota no es cierta. Del todo.

UN VERDADERO MAESTRO

El director de Los pájaros (1963) no era el maestro del suspenso por pura casualidad. Crear suspenso era su profesión dentro pero también fuera de la pantalla, y decidió que mantendría los secretos de la película a toda costa creando normas que los cines y espectadores debían cumplir para proyectar y ver la película.

Hitchcock hizo que la publicidad anunciara que Psicosis solo podía verse desde el inicio, que no se permitiría la entrada tardía a la sala, incluso obligando a que los dueños de los teatros colocaran carteles que dieran a conocer su normativa.

Estas imposiciones estaban relacionadas especialmente con los ya extintos cines donde ofrecían funciones “continuadas” a los cuales el público podía entrar en cualquier momento de la película. Como las sesiones dobles, o triples, estaban a la orden del día, la gente entraba al cine y se quedaba hasta donde le daba la gana. Incluso entrando a la mitad de una sesión y quedándose hasta que comenzaba de nuevo para ver qué se habían perdido. Una costumbre que hoy resulta impensable.

Sin ir más lejos, el tráiler original ya nos indicaba las intenciones del director. ¡Un manipulador de audiencias en toda regla! Todo un maestro en la creación de suspenso. El propio Hitchcock presentaba la película describiéndola con todo tipo de adjetivos, sin desvelar nada de la trama y creando mucho misterio ¡en un vídeo de seis minutos!

ATENTO A TODOS LOS DETALLES

De esta manera, él quería preservar el suspenso de principio a fin, sobre todo para evitar la confusión del que llegara tarde porque no entendería la ausencia de Janet Leigh en la historia cuando era el nombre más popular de su reparto, pero el truco se convirtió en un gancho infalible para captar la curiosidad de los espectadores. Hitchcock calificó a esta obligación casi contractual entre película y espectador como «una política de presentación atrevida».

Es cierto que Hitchcock compró los derechos de la novela, y también es verdad que intentó comprar cada copia disponible como parte de su estrategia para mantener el secretismo. Lo intentó, pero no consiguió adquirirlas todas, como recoge WhatCulture. El rumor todavía persiste, pero si somos realistas es imposible que lograra eliminar todas las copias de la novela de todas las librerías de Estados Unidos y de la faz de la tierra.

T/ Redacción CO-Cine54
F/ Archivo CO
Caracas