Un estudio reciente demuestra que los corales no sólo influyen en la regulación de la temperatura de la Tierra, sino también en el olor de los océanos debido a la producción de una sustancia química que emanan bajo estrés.
Los expertos indican que a medida que el océano se calienta, los corales producen esta sustancia en forma de gas, lo que protege su entorno del estrés durante horas, haciendo que los océanos se impregnen de ese olor totalmente.
El estudio asegura que las moléculas de este compuesto favorece, por un lado, la generación de gotas de agua en la atmósfera y la formación de nubes, lo cual permite la reciprocidad de la evaporación.
Una gran variedad de corales marinos son animales coloniales que contribuyen a la estructura física de los arrecifes de coral propios de aguas tropicales y subtropicales.
Experimentos previos, afirman que en la actualidad estos organismos marinos permanecen amenazados por el calentamiento global, motivo por el cual defienden su entorno.
Estudios publicados en la revista Nature han planteado que la Gran Barrera de Coral, frente a la costa australiana, ha perdido 50% de sus corales en los últimos 30 años y que los arrecifes del Caribe carecen de estos animales en 80%.