Columna Nuestras Raíces|Antiimperialismo (Opinión)

«La opulencia europea se fundó en la esclavitud. El bienestar y el progreso de Europa ha sido construido con el sudor y los cadáveres de los negros, los árabes, los indios y las razas amarillas», señalaba Franz Fanon. Los condenados de la Tierra, libro de este revolucionario argelino, debería ser leído por todas y todos. Pese a que fue escrito en 1961, hace más de 50 años, tiene plena vigencia para los pueblos que sufren la presión del colonialismo y el imperialismo.

Nuestro país, capitalista, periférico y rentista, es producto precisamente de la opresión que ejerció el colonialismo primero y el imperialismo después, desde que se extinguió la III República hasta ahora. “No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista”, señalaba el comandante Hugo Chávez en el Programa de la Patria 2013-2019.

El proceso de liberación nacional, iniciado a partir del triunfo electoral del bolivarianismo en 1998, tiene como tarea central la emancipación de la Patria. Su perfil principal, entonces, se sostiene en el rumbo antiimperialista de la Revolución.

Chávez entendió que para enfrentar al imperialismo con posibilidades de éxito solo era posible asumir la perspectiva socialista, que no era a partir de un desarrollo capitalista “autónomo” y con un empresariado “nacional” que se llevaría a cabo tan heroica gesta.

Patriotismo revolucionario y socialismo fue la fórmula que el presidente Chávez nos legó, haciéndonos ver que en esa fórmula no había contradicción; al contrario, la complementariedad de ambos elementos era lo que vigorizaba a cada uno de ellos y juntos se repontencializaban.

La fórmula de Bolívar fue independencia y justicia social, la enseñanza de Chávez: independencia y socialismo. Independencia sin socialismo es patrioterismo folclórico, socialismo sin independencia es charlatanería de café. El enemigo principal el imperialismo.

Únicamente con la fórmula de Chávez será posible barrer con la Venezuela capitalista, dependiente y rentística.

Pero esto implica confrontar permanentemente con el imperialismo y sus aliados, sin ninguna claudicación frente a los países opresores. Como decía Eloy Alfaro: “En la demora está el peligro”.

T/ Fernando Bossi
fernando.bossi.rojas@gmail.com