Por Fernando Travieso|Desarrollo económico (Opinión)

Una de las diferencias entre tener crecimiento económico y desarrollo económico es que el segundo engloba al primero, pero tiene como uno de sus fundamentos la redistribución del ingreso.

Ello hace que el crecimiento incida en la capacidad adquisitiva de la población, lo que se traduce en disminución de la pobreza tanto relativa como extrema, aumento en la talla de la población, mejora en la ingesta alimenticia, mayor expectativa de vida y de los índices de salud.

El modelo venezolano que comienza en 1999, y que toma ímpetu después del paro petrolero de 2003 ha tenido como sustento el desarrollo económico, por lo que su éxito no solo se mide en índices macroeconómicos, sino sobre todo en la mejora de la calidad de vida.

Los resultado positivos de 14 años de Revolución Bolivariana se dejan ver en mejoras en todos los indicadores sociales, los que tienen como uno de sus pilares la inversión social, que a pesar de la guerra económica en contra de la población se ha aumentado.

Ello marca la diferencia a la hora de afrontar los problemas de la economía entre neoliberales y socialistas.

Los primeros hubieran recurrido a la eliminación de la inversión social, dado que la conceptualizan como un gasto, que en función de otras prioridades es reducible, impactando en los sectores de menores recursos, que son los beneficiarios directos de las misiones y demás mecanismos que utiliza el Estado para beneficio de las mayorías.

Los socialistas afrontan los problemas económicos con visión humanista sabiendo que la justa redistribución del ingreso permite paliar la desigualdad social, real generadora de desestabilización.

De igual manera la ciencia económica dota de elementos suficientes para contrarrestar los intentos por dañar la economía por parte de quienes de beneficiarían de un nuevo modelo económico, el neoliberal, que ya fracasó en América Latina.

ftraviesove@yahoo.com