Columna Correo de los derechos|Ética bolivariana y función pública (Opinión)

Uno de los temas relevantes en esta época de lucha frontal contra la corrupción y la ineficiencia en todas las estructuras del Estado tiene que ver con la formación y el desempeño de los “funcionarios públicos” (o mejor, servidores públicos).

Una obra de investigación sobre el pensamiento de Simón Bolívar, escrita por el camarada Hugo Argotti Córcega, nos aproxima magistralmente a la concepción que sobre la ética y la moral sostenía el Libertador. En este delicioso libro encontramos, desde el análisis de los textos originales de Bolívar, un perfilado modelo del servidor público que precisa la Revolución.

Para Bolívar el servidor público debía ser una persona caracterizada por la rectitud de sus actuaciones, con alto sentido de la responsabilidad.

“Todos hablan de responsabilidad, pero ella se queda en los labios. No hay responsabilidad, legisladores: los magistrados, jueces y empleados abusan de sus facultades, porque no se contiene con rigor a los agentes de la Administración, siendo entre tanto los ciudadanos víctimas de este abuso”, plantearía Bolívar en su discurso sobre el proyecto de Constitución de Bolivia, allá en 1826.

Bolívar tenía especial repudio por aquellos que valiéndose de sus cargos en las estructuras de gobierno defraudaban a la Administración Pública. Él comparaba los recursos financieros del Estado con la sangre del cuerpo de los pueblos y a los corruptos defraudadores con los anélidos acuáticos que se alimentan de esa sangre, llamándoles “sanguijuelas del Estado”.

Destaca Bolívar la exigencia de ser moralmente eficientes en la función pública, más allá de que los superiores jerárquicos lo exijan o no.

Consideraba que las personas “de genio enredador”, interesadas y propensas a crear intrigas no eran moralmente aptas para ser empleados públicos; como tampoco quienes manifestaran ineptitud o negligencia para cumplir sus deberes.

Bolívar denunciaría “… la desmoralización de los pueblos por las exacciones que han sufrido de las administraciones anteriores, perversas y viciosas; y por los ejemplos continuos de traición y crimen de sus más respetables funcionarios. Ejemplo capaz de alterar la moral de un pueblo virtuoso” (Oficio del 31 de marzo de 1824)

En estos tiempos de urgente re-moralización que exige nuestro pueblo, bien viene retomar el pensamiento del Padre de la Patria y hacer de él una guía y referencia permanente.

T/ Pablo Fernández B.
pabloefb@yahoo.com

En El Caso de Función Pública, Se Deben Revisar Los Lineamientos o Procedimientos De Acuerdo Con La Realidad, Todavía Se Trabaja Con Normas De Los años 1960, Que Entra En Discordancia Con La Constitución Vigente. Entre Otras Cosas. Se Debe Evitar En La Medida De Los Posibles De Los Disfrazados Que Tanto Daño Le Han Causado Al Proceso, Debido Lamentables Decisiones tan Catastróficas En La Función Pública, Ya Sea En La Toma De Decisiones, En El Maltrato Se Los Trabajadores De Los Distintos Ministerios, Entre Otras.
Es Necesario De Moralizar Al Servidor Público, Ya Que Es Sometido Al Escarnio Público.

  • para muchos docentes les es facilito conseguir un reposo o una incapacidad parcial. deberian meterle la lupa y salir de todos los sinverguenzas que se prestan para vagabunderia. mientras tanto se colocan suplentes que si trabajan como de ser pero por un sueldo pirrico. señores esto debe acabarse, el que no quiera trabajar que renuncie y le de la oportunidad a otros que en verdad estan dispuestos a cumplir con la patria. en el estado carabobo hay una profesora de educacion fisica que tiene mas de un año continuo de reposo (incapacidad temporal) pero no se entiende porque durante este tiempo esta haciendo un doctorado y hasta a Cuba ha viajado. mientras tiene una suplente que trabaja excelentemente por un sueldo extremadamente bajo. por alli se desangra el presupuesto de carabobo. compañero Ameliach a meterle la lupa a esto. casos como estos hay muchos. recordemos las palabras de nuestro comandante eterno.