Por Nelson Guzmán|La gramática del perdón (Opinión)

El perdón parece haberse convertido en una de las claves de la filosofía. En algunas formaciones políticas se juzga como necesario para retomar una vida sana, si es que se puede teorizar una acepción tan ambivalente que le ha desbaratado los sexos a los hombres durante lustros, centurias y siglos. Eugenio Trías nos ha hablado del lenguaje del perdón, sus ventajas se deben encontrar en la tranquilidad de espíritu. En Venezuela el perdón para ciertos grupos se asemeja a la amnesia y al cretinismo. Cuando las heridas no han terminado de cerrarse el perdón se manifiesta imposible. Semanas pasadas quedamos atónitos cuando supimos que cuerpos paramilitares volaron un puesto de vigilancia de la Guardia Nacional en la plaza la Concordia con saldos de muertos y heridos.

La oposición no se sale de su perorata, han sembrado el odio y la división en una sociedad que ha sido siempre profundamente desigual. Los Prelados del catolicismo vinculados al poder político durante la cuarta República se hacían los locos cuando se trataba de las violaciones de los derechos humanos. El 27 y 28 de febrero se asesinó a un pueblo con saña, se dejó un tatuaje hondo que será difícil de olvidar, más aún cuando hombres como Ramos Allup están permanentemente incitando a la violencia y al desafuero.

No es poca cosa sacar las fotografías de Simón Bolívar del recinto del Parlamento Nacional. El líder adeco Henri Ramos Allup está luchando con un símbolo raigal de los venezolanos. Se trata de triturar la idea de patria, de soberanía nacional, de pertenencia histórica y todo eso es Bolívar. Los símbolos no mueren persisten en la formación del imaginario de los pueblos. Bolívar no solo está en nuestras escuelas formales, sino en el Panteón de la corte de los Libertadores. Bolívar fue y es lucha contra la opresión. Bolívar fue símbolo del internacionalismo y de las alianzas con los países vecinos.

El bozal de arepas que los gringos suministran a la oposición golpista es tan poderoso que no se han dado cuenta sus diputados que ellos no tienen proyecto político, son simplemente ventrilogos de los intereses del capital internacional. Se le está ofertando el país a los imperios. Esta gente ha vuelto de las tinieblas de la historia a violar el estado de derecho y a desconocer el ordenamiento jurídico de nuestro país.

El perdón en Venezuela aún no es posible, la propia oposición se ha encargado de violentar y de minar los caminos de la paz. Perdonar a quién, a criminales, a piromaníacos que incendiaron núcleos importantes de las universidades creadas por Hugo Chávez y que además quisieron quemar vivos a infantes en un simoncito en Chacao, perdonar a una burguesía maula que le ha estafado al Estado los dólares preferenciales consagrados a la importación de alimentos y medicinas. Sobre que ideales se levanta la sabiduría de la oposición, es evidente que desafían en este instante al gobierno de Nicolás Maduro juramentando a los diputados de Delta Amacuro, saben que han sido desconocidos por el TSJ.

Esta gente está en franco desacato con las leyes de la República y tienen las esperanzas puestas en que la Asamblea Nacional sea declarada por el TSJ ilegitima, lo anterior según ellos activará la Carta Interamericana que permitirá invadir y limpiar al país por los imperios.

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