Por Freddy Bernal|El hampa: ejército de reserva del fascismo (Opinión)

La criminalidad pasó de ser un grave problema de seguridad personal, orden público y perturbación social, a un peligroso componente de la polarización política en¿ que se debate el país. El hampa, convertida en una especie de casta social, con características sociales, culturales y económicas determinadas, es en Venezuela el sector que mejor transparenta los valores del capital en su condición más esencial: enriquecerse a costa del esfuerzo ajeno sin límite alguno, con el mayor desprecio a la vida y dignidad de los seres humanos.

No nos extrañe entonces que facciónes de la derecha y seguramente su fracción mas enconada, la ultraderecha fascista, hayan establecido una alianza con la delincuencia para quebrar el Estado de Derecho que surgió con la Constitución de 1999, producto de la Revolución Bolivariana, que inspiró el comandante eterno Hugo Chávez.

La estrategia del “golpe suave”, en su variante de rollback, trazada por el Departamento de Estado de Estados Unidos (verdadero amo de la oposición venezolana) que bien esboza en sus investigaciones el sociólogo Carlos Lanz (ver http://misionverdad.com/la-guerra en-venezuela/ al-descubierto-la-agenda-del-comando-sur-contra-venezuela-informe-especial), contempla entre sus objetivos la pérdida del control territorial por parte del Estado venezolano y las fuerzas revolucionarias que lo apoyan, masificar la sensación de ingobernabilidad, deslegitimar el liderazgo de la transformación y paralizar e inhibir a las fuerzas de seguridad con el asesinato planificado de sus funcionarios, propósitos todos estos que trazó y está proyectando el crimen organizado desde las zonas geográficas bajo su influencia.

Muestra patente de esto es el corredor geográfico, en el estado Guárico, donde José Tovar Colina (El Picure) pretendió imponer su voluntad de terror y fue neutralizado por los organismos de seguridad del Estado.

Se equivocan terriblemente los cerebros estrategas enfermizos de la reacción en esta alianza, alentando y pactando con un demonio que ni siquiera ellos podrán controlar, olvidando en su odio antichavista que los pranes o jefes mafiosos ya son un factor mas de la burguesía y les competirán en su momento los mercados, imponiéndoles su lógica y régimen delincuencial, que no se atiene a legalidad alguna, una vez establece y extiende sus regiones y mecanismos de poder.

Tal como la masa obrera desempleada para el sistema capitalista, los delincuentes se han convertido en el ejército de reserva del fascismo.

La conspiración actual, a diferencia del año 2002, ya no tiene a las FANB como eje principal de la insurgencia violenta contra el Gobierno legítimo, sino que se asienta y apoya en la criminalidad armada como potencial ejército de coacción que ya comenzó a arremeter de manera directa contra la base social bolivariana y su dirigencia.

El malandraje que evolucionó, de manera evidente, hacia una articulación de mayor envergadura y un armamento de gran poder, logrando infiltrarse y conectar con funcionarios corruptos, como es la práctica común de las mafias, se está politizando y ya constituye el estadio inicial del paramilitarismo que tanto prevenimos, obrando en consecuencia.

Ya sabemos de líderes populares amenazados de muerte y, lo peor, de otros abnegados compatriotas asesinados por el sicariato en sus localidades de militancia, como también del esfuerzo que hace el hamponato por controlar la venta y distribución de alimentos en algunos barrios, a la vez que sabotean, con armas en la mano, los planes del Gobierno para abastecer a la población. Es la contrarrevolución en marcha para derrocar al Gobierno Bolivariano.

En anteriores artículos, he planteado la necesidad inmediata de profundizar la lucha contra el crimen de manera integral, descartando la idea tradicional de enfrentarlo solo con la fuerza policial. Para superar esta lacra de manera definitiva debemos esforzarnos en el despliegue total del Estado, en lo económico, organizativo, educativo y judicial, sellada toda esta acción oficial, con el empoderamiento del Poder Popular, como única garantía de solventar el problema a largo plazo.

freddybernal19@gmail.com

Es hora de socializar el esfuerzo personal por la patria. El accionar del humano es su propia economía. Si diéramos un porcentaje del producto final a cada uno que lo hizo posible su actitud cambiaría en 360º y empezaríamos a empujar el barco en una misma dirección. El asunto económico es inevitable pero se puede dirigir en sentido constructivo.¿Cuanto significa en términos económicos sacar de las calles la anarquía de la delincuencia, de cada uno de los delincuentes que están siendo motivados por capitales de la mano de los agentes extranjeros que operan libres en el país? hagamos un calculo y con ese resultado contante y sonante démosle a la fuerza de la ley el incentivo que quizá nos libere del caos total que pagan en millones de dolares los que quieren la humillación de un país de mayoría humanista, bolivariano, trabajador y sano, Cada hombre y mujer que arriesga la vida por todos debe saber que su esfuerzo tiene al final de la jornada la recompensa merecida del que hace el bien.