En esta ofensiva contra las mafias dentro de la revolución propongo meterle el ojo a las irregularidades agrícolas. Demasiadas veces se me han acercado productores a denunciar que funcionarios les piden altas sumas de dinero para aprobarles o liquidarles los créditos. Así mismo a una pesada burocracia que no facilita los instrumentos requeridos para acceder a los subsidios agrícolas. Hablo de solicitudes no de días, ni de meses, sino de ¡años! Los afectados hablan de lo obsoleto de que todo se centralice por Caracas. Claro, con dinero de por medio esa burocracia se diluye, aseguran. Y qué decir de los insumos acaparados o que sólo llegan a quienes se “bajan de la mula” o a los “amigos y compadres”. Mientras tanto el invierno sigue su curso y quizás algunos se queden sin sembrar o no lo harán a tiempo.
Ojalá estas observaciones sean casos aislados, pero ameritan un minuciosa investigación.
La revolución agrícola es un tema amplio, pero bien concreto. El autoabastecimiento alimentario como parte de la independencia de la patria. Aquí les canto:
El problema con la tierra / tan solo no es propiedad / tiene que ver con la siembra / y el modo de trabajá / de qué te sirve tenerla / de qué vale cosechá / si no tienes la conciencia / del alimento que da / y la ves como una empresa / pa que te produzca real.
Entonces, el asunto agrícola también es un problema agricultural, conceptual, ideológico, incluso más allá del abastecimiento por razones políticas o del hambre.
Por miedo al desabastecimiento, no vas a financiar exclusivamente a los grandes empresarios del campo, ni vas a dar luz verde a los transgénicos y agrotóxicos.
Los campesinos y medianos productores deben ser el eje central de nuestra agricultura. Esta patria es conuquera y el socialismo, además, va en esa vía.
La diversidad, la calidad del alimento, los métodos de siembra, la semilla saludable y adecuada, son aspectos ineludibles muy poco adecuados a la mentalidad del gran capitalista del campo.
Por otra parte, no es el campesino ni el mediano productor quien encarece el alimento.