Negros e hispanos integran la mayoría de la población penal de Estados Unidos, según confirman recientes investigaciones.
A su vez, la presencia de reclusos pertenecientes a minorías en las cárceles estadounidenses es desproporcionada si se compara con el porcentaje de la población total que estos representan, advierten los estudios.
De acuerdo con las cifras, negros e hispanos suponen alrededor de 60% de los presos del país, una cantidad que en el caso de algunas penitenciarías privadas puede rondar hasta 90%, señala un informe de la Universidad de California-Berkeley.
Agrega que las cárceles estadounidenses gestionadas por compañías privadas, las cuales albergan a más de 120 mil personas, seleccionan a reos de tales minorías porque les resultan más baratos de mantener.
En buena parte de los casos, negros y latinos tienden a ser más jóvenes que sus pares blancos no hispanos y por lo tanto requieren de menos cuidados médicos, subraya el reporte, que analiza datos de nueve estados con grandes poblaciones carcelarias en instituciones privadas como California, Georgia, Oklahoma y Texas.
Solo en Estados Unidos se concentra 25% de toda la población mundial encarcelada.
Las estadísticas oficiales estiman que cerca de un millón 600 mil personas están confinadas tras las rejas, en un sistema penitenciario que le cuesta a los contribuyentes del país más de 80 mil millones de dólares anuales.