Por Ricaurte Leonett|Propiedad social y socialismo (Opinión)

El planeta se enfrenta a múltiples catástrofes producidas por los cambios climáticos, lamentablemente, éste es el mayor peligro que enfrenta la humanidad.

Afirmamos que en menos de un siglo, en menos de una generación, de continuar con este ritmo de explotación de la naturaleza, la supervivencia de la especie humana en nuestro planeta Tierra no está garantizada.

Y no es solo la lucha por la supervivencia de la especie, sino también por su dignidad.

Es la lucha para que la especie humana participe con su trabajo colectivo y pueda satisfacer sus necesidades de salud, vivienda, educación, producción de su propio alimento, aplicando una ciencia y una tecnología que contribuyan a la producción de un alimento sano, libre de elementos químicos.

La lucha por la supervivencia de la especie debe ser entonces una lucha contra las grandes corporaciones productoras de agroquímicos, que en lugar de alimentar, enferman a la sociedad.

Si somos lo que hacemos y sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos, como dice Eduardo Galeano, deberíamos renunciar a la manera de tratar a la naturaleza.

Desde esa óptica, el trabajador existe como trabajador y no como ser humano, y es aquí en donde el legado del comandante supremo Hugo Chávez, en su “Golpe de Timón”, está más vigente que nunca: “El socialismo no se decreta, se construye”, así como el capitalismo se construye y se reproduce permanentemente, como se impone con su división social jerárquica del trabajo.

Si queremos construir el socialismo, debemos insertar la propiedad social al espíritu socialista en toda la cadena productiva del sistema de distribución y de consumo; de lo contrario, estaremos condenados a desaparecer como especie.

ricaurteleonett@gmail.com