Decenas de personas fueron asesinadas en Sudán del Sur en luchas vinculadas con el robo de ganado entre dos comunidades rivales.
Esos actos de violencia ocurrieron el pasado viernes en una región poco accesible y no fueron notificados a las autoridades, que sólo conocieron los hechos después que los sobrevivientes retornaron a sus comunidades.
Los jóvenes de la la tribu Dinka Gok, del estado sursudanés de Lagos, marcharon durante ocho horas antes de atacar con armas automáticas a un grupo rival de la comunidad de los Dinka Rek, en la zona de Warab, indicó un responsable de la localidad, Isaac Mayom Malek.
«Durante los combates, 22 personas fueron muertas y 18 resultaron heridas de nuestra parte», declaró Malek, jefe del distrito de Cueibet, de donde los agresores procedieron, precisaron medios de prensa.
Ese ataque ocurrió dos semanas después de la realización de negociaciones y de un intento de desarme de los bandos rivales, que ahora están enfrascados en una serie de actos de represalias entre unos y otros.
Las armas de fuego continúan proliferando en Sudán del Sur, que proclamó su independencia de Sudán en julio de 2011, como resultado de varios lustros de lucha guerrillera contra el gobierno de Jartum.
En una sangrienta jornada, a finales del año pasado, más de 600 personas fueron masacradas en el estado de Jonglei, en un ataque lanzado por cerca de 600 jóvenes Lou Nuer, contra sus contrincantes Murle en la zona de Pibor.
Según los medios, cerca de 300 habitantes perecieron en represalias ejecutadas en enero y febrero de este año.