La selección mexicana de fútbol arribó este miércoles a esta ciudad para participar en la Copa FIFA Confederaciones Brasil-2013, pero con la cabeza puesta en la calificación al Mundial del próximo año.
Los mexicanos llegan a este importante certamen, al que asisten los seis campeones de confederaciones junto al campeón mundial y el país sede, después del desgaste físico de tres encuentros casi seguidos y un largo viaje.
El técnico José Manuel de la Torre y sus jugadores están en medio de una crisis de falta de triunfo, apenas una victoria en nueve partidos, y con riesgo de quedar eliminado de la Copa del Mundo Brasil-2014.
México hará su debut ante Italia, en el legendario estadio de Maracaná, el próximo domingo, dentro de las acciones del Grupo A.
Tres días después viajará a Fortaleza para enfrentar al anfitrión y de ahí se irá a Belo Horizonte para el juego contra Japón, el 22 de junio.
El plantel ya ganó la Copa FIFA Confederaciones, cuando fue anfitrión en 1999, al derrotar en la final a Brasil, pero en esta ocasión, por los resultados que lleva en el año, se ve difícil que pueda superar siquiera la primera ronda.
Los mexicanos están empeñados en garantizar su boleto al mundial, aunque no dejan de lado el hacer un buen papel en la Confederaciones, para lo cual tendrán que mejorar sustancialmente su rendimiento.
El principal objetivo de todo el proyecto es clasificar al Mundial, dentro de ese propósito están las demás competencias, la idea es estar en el Mundial y después con todo lo que se venga, destacó de la Torre.
Las esperanzas del once están puestas en la capacidad del delantero Javier Hernández, encargado de definir los centros enviados principalmente por Carlos Salcido, Andrés Guardado y Javier Aquino.
La Copa Confederaciones de Brasil será la sexta edición en la que los mexicanos participen después de estar en Arabia Saudita-1995 y 1997, México-1999, Corea/Japón-2001 y Alemania-2005.