La Columna de las RPLA de Barlovento|Sistemas de producción y consumo, deberían ser circulares y no lineales (Opinión)

La mayoría de las industrias y compañías utilizan un sistema lineal de producción. Esta es una práctica común desde que la primera fábrica fue establecida. En un sistema lineal de producción se sigue una cadena de etapas en línea recta, desde la extracción de la materia prima hasta la producción del bien final, desde la distribución y consumo hasta su última etapa, el desecho. El único objetivo de este sistema es maximizar las ganancias. Los materiales desechados no son tomados en cuenta durante los procesos de contabilidad, auditoría, planificación y ejecución de dichos sistemas.

Muchas de las compañías multinacionales practican este sistema lineal y no contemplan el hecho de contaminar como un crimen. Ellos se proyectan como salvadores de la humanidad, pues crean puestos de trabajo y producen bienes para las personas. El problema es que la ignorancia y la avaricia de muchos gobiernos permiten que dichas compañías se establezcan en sus países, solo por el hecho de ser fuentes de trabajo y del capital que invierten, pero al final lo único que realmente traen es explotación para el pueblo y destrucción de nuestro medio ambiente.

La compañía petrolera Texaco (Chevron) es la segunda compañía más rentable en Estados Unidos y es muy activa en 180 países alrededor del mundo, entre esos Ecuador. Ellos han violado el derecho a la autonomía del pueblo ecuatoriano, así como el derecho a un medio ambiente libre de materiales tóxicos. Chevron produjo y arrojó, de manera deliberada, 19 mil millones de galones de desechos en la región y derramó 17 millones de galones de petróleo, sin mencionar los derechos humanos que violaron, los problemas de salud que infligieron, la contaminación del agua que causaron y la pobreza como resultado a las comunidades que dependían de ella como medio de sustentación.

Chevron no es la única compañía que ha violado los derechos humanos de una sociedad con tal de percibir ganancias, Dow Chemicals es otro ejemplo, una compañía estadounidense que causó la conocida tragedia de Bhopal en la India. También hay muchas plantas eléctricas de carbón «subcríticos» en diferentes países del mundo y que son los peores en emisores de dióxido de carbono en el aire, estos plantas se encuentran en Australia, Estados Unidos y especialmente en China. Lo cierto es que luego de que estas compañías producen estragos al medio ambiente, queda como responsabilidad de los países “corregirlos”.

En el llamado Tercer Mundo muchos gobiernos no se preocupan por manejar de manera adecuada los desechos que estas compañías producen, muchas veces por falta de la tecnología necesaria, otras veces, por falta de presupuesto, incluso en algunos de estos países no existen leyes que protejan al medio ambiente y, si las tienen, son “ignoradas” a cambio de beneficios económicos que reciben los gobiernos y sus políticos. Lo peor de todo es que hay casos en los que los desechos son radioactivos, y requieren un manejo especial, las consecuencias de no hacerlo suelen ser catastróficas.

Dentro del sistema de producción circular la actividad se inicia con la extracción de la materia prima, luego pasa a la producción del bien, distribución, consumo y desecho, igual que en el sistema lineal, pero con una enorme diferencia: los desechos producidos regresan a la compañía que los originó, donde son reciclados. Este es el sistema que debería caracterizar a las empresas socialistas, uno donde cada compañía se haga cargo de los desechos que produce, y no que sea una responsabilidad de terceros.

Surge una interrogante, ¿cómo es posible que cada compañía se involucre en un proceso tan complicado como el reciclaje, incluso tan complicado como dirigir la compañía de por si?

Sencillo, por ejemplo, las distintas compañías que producen el mismo desecho, pueden unirse y formar otra compañía, cuyo propósito sea manejar ese desecho. De esta manera ellos encontrarán su propia manera de hacerlo, sin recurrir a prácticas como la incineración, que resulta en niveles altos de contaminación. Lo más importante es que se hagan responsables de la situación. En los casos particulares en los que el desecho sea demasiado tóxico, el Gobierno debe ser un socio indispensable de esas compañías, para garantizar el proceso de manipulación y/o reciclaje adecuado.

Estos principios deberían convertirse en leyes para cada Gobierno socialista, como es el caso de Venezuela. Nosotros en la RPLA de Barlovento sugerimos humildemente que esto debe ser incluido dentro de nuestra Constitución y se debe establecer de igual manera un sistema en el que “la producción vaya en orden de las necesidades y no de las ganancias”, y hacer del “consumo no una manera de vivir sino una manera de satisfacer las necesidades para la existencia”.

En Venezuela aún tenemos compañías que arrojan sus desechos en los ríos, canales y mares, sin haberlos tratado correctamente. Es deber del Gobierno revertir esta situación, obligando a esas compañías a trabajar conjuntamente con las autoridades para encontrar una solución mutua.

T/ Dada Nelson Bernados
atmapranananda@gmail.com