La Asociación de Rohingya en Tailandia pidió este miércoles la intervención de Naciones Unidas en Myanmar para frenar la violencia, garantizar la seguridad de la etnia e impedir la persecución de esa minoría musulmana.
Lo que intentan es eliminarnos con extrema agresividad, por ello pido una reunión con el Consejo de Seguridad para buscar la solución inmediata al conflicto, afirmó el presidente de la organización, Maung Kyaw Un, en declaraciones al sitio web Channel News Asia.
El gobierno de Myanmar no nos protegió cuando soldados y policías apoyados por elementos racistas quemaron las casas y violaron a nuestras mujeres, señaló el líder rohingya, quien salió de ese país en 2004 por estar acusado de activismo político.
Según el diario digital Bangkok Post, la administración tailandesa aseguró que consultará con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) la situación de los miles de emigrantes rohingya asentados en este país.
Durante la madrugada anterior, autoridades navales interceptaron en aguas del sur de Tailandia un barco con 200 rohingya ilegales a bordo, para un total de mil 500 miembros de esa etnia musulmana detenidos en las últimas semanas aquí.
La administración prometió acogerlos por un tiempo máximo de seis meses, pero alertó con expulsar del país a quienes escapen de los centros de detención habilitados en territorio nacional.
Los integrantes del grupo minoritario musulmán huyen de los disturbios comunales en el estado occidental myanmense de Rakhine, en dirección a Tailandia y otros países.
El Acnur pidió a las naciones vecinas de Myanmar abrir sus fronteras a quienes escapan de los enfrentamientos entre las etnias rohingya y rakhine, que dejaron al menos 180 muertos desde junio de 2012 y provocaron el desplazamiento de más de 110 mil personas.
Myanmar considera a los rohingyas, aproximadamente 800 mil asentados en Rakhine, como emigrantes ilegales de Bangladesh y se muestra reacia a otorgarles la ciudadanía.