El Tribunal Eclesiástico de Mallorca (oriente de España) cesó en todas y cada una de sus funciones al sacerdote Pere Barceló Rigo, quien ejerció como párroco de Can Picafort (Santa Margalida) hasta 2011, por considerarlo culpable de pederastia.
Según el Obispado de Mallorca, el proceso penal eclesiástico abierto contra el religioso ha concluido con una condena del Tribunal Eclesiástico a la «pena máxima de expulsión del estado clerical».
Esta condena supone la prohibición terminante del ejercicio de las funciones propias de un sacerdote, tanto en público como en privado.
El departamento de comunicación del Obispado explicó a un medio de comunicación que en la práctica vendría a ser como si dejara de ser sacerdote, aunque la ordenación sacerdotal no es reversible.
«Es la primera vez que se toma una decisión tan grave en relación a un caso de pederastia», agregó.
Esta sentencia ahora tendrá que ser ratificada por la Santa Sede, aunque el párroco tiene 15 días para apelar ante el Supremo Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio.
A Pere Barceló, que también está siendo investigado por la justicia civil, se le abrió un procedimiento penal canónico en 2011 a raíz de la orden del anterior papa, Benedicto XVI, de que se aclarara «cualquier indicio» de pederastia.
En 1997 Barceló fue sorprendido por una catequista cuando abusaba de una niña. La víctima, en noviembre del año pasado, ya con 24 años, decidió denunciarlo ante la Guardia Civil que reabrió la causa.
El expárroco se encontraba suspendido desde que en 2011 la diócesis decidiera apartarle después de tener conocimiento de una denuncia por otro caso en Cala Ratjada, isla de Mallorca, cuando era sacerdote de esa iglesia.
En los últimos tres años, el Vaticano ha recibido mil 800 denuncias por casos de pederastia o abuso sexual a menores, llevados por clérigos, y la gran mayoría de estas denuncias ocurrieron entre los años 1965 y 1985.