Por Néstor Rivero| Fabricar “culpables” (Opinión)

Muchas de las personas que en Venezuela niegan la existencia de estrategias de guerra desde varios flancos contra el país desconocen el componente intencional activado por los oligopolios comerciales que lleva al desabastecimiento de productos en anaqueles, y a las colas en la puerta de supermercados. La negación obedece a una manipulación de los hechos y sistemática desinformación.

Hay quienes dicen “no hay guerra económica; eso es fábula”, porque ignoran el modus operandi de los oligopolios que dominan la distribución e intermediación comercial en el país, y las maquinaciones de agencias de inteligencia imperiales. No todos tienen posibilidad de adentrarse en la literatura de desestabilización de países y manuales de la CIA, ni en el contexto del derrocamiento de gobiernos progresistas y justicieros, como el de Salvador Allende en el Chile de 1973. Para hacer caer a éste las grandes cadenas distribuidoras de alimentos y empresarios del transporte hacían desparecer por semanas líneas de artículos de primera necesidad, para provocar disgusto en la población, que sin conocer las causas de la “desaparición” echaba las culpas “al Gobierno”.

Sin embargo, ninguna persona sensata que ame la verdad podrá negar que en el caso venezolano de hoy, está en marcha una estrategia imperial que desde distintos frentes pretende socavar la voluntad patriótica y de soberanía del pueblo.

Y como evidencia de esta última afirmación véase un artículo recientemente publicado en el portal del diario The Wall Street Journal, con las firmas de A Kurmanaev y Maolis Castro. Allí se lee: “El gobierno (de Venezuela) ha racionado la electricidad en medio de cortes de luz crónicos, para dejar los centros comerciales a oscuras. Las casas y apartamentos sufren…por la escasez de agua”.

Así el culpable de la sequía, cortes eléctricos y restricciones en centros comerciales no es el fenómeno climático El Niño que afecta al hemisferio, sino el presidente Nicolás Maduro. “¡Mundo al revés!” diría el profesor Juan Casanova. Y el desplome de precios del petróleo tendría como culpable al Gobierno Bolivariano, y no la producción de esquisto por Estados Unidos o la superproducción de países como Arabia Saudí. Distorsión de los hechos, especie de trampa caza-ratones que busca se eche sobre otros las culpas del modelo oligopólico de economía rentista-importadora.

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