Falcón y el retorno de la apertura petrolera

TINTA CRUDA

POR: ALFREDO CARQUEZ S.

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En el inicio de esta breve campaña electoral el tema petrolero se ha tratado como si Venezuela no fuese un país productor de hidrocarburos. Esto explica, en buena medida, parte de la tragedia histórica del país: la desconexión entre la realidad y el discurso político.

Esta Tierra de Gracia es y será proveedora de una de las principales fuentes de energía del planeta. Y esa condición sí que la tienen muy en cuenta tanto las transnacionales del sector como los principales centros de consumo que son, a fin de cuentas, las grandes potencias industriales y militares.

La soberanía nacional no solo consiste en mantener a buen resguardo nuestras fronteras. También se expresa, por ejemplo, en la manera en que se administran los recursos naturales de un Estado. Es conocida la forma en que compañías extranjeras expolian las riquezas naturales de Chile: acaban con la flora y fauna marina con la pesca de arrastre, talan sin control los bosques, se llevan el cobre, el litio. El agua, el gas y la electricidad tienen dueños franceses, españoles, canadienses, australianos, estadounidenses, japoneses, etc. Y Sebastián Piñera es uno de sus más radicales defensores.

En Venezuela la defensa de la tierra y todo lo que nos ofrece tiene otra historia. El Estado, salvo contadas excepciones y con mayor o menor fuerza y voluntad política, es el dueño de los recursos naturales.

Y si nos referimos al tema petrolero, esa tradición que nos heredó la corona española y que mantuvo El Libertador, Simón Bolívar, al crear la República, se ha expresado en grandes hitos como la fundación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la aprobación de la Ley de Hidrocarburos de 1943, por el presidente Isaac Medina Angarita, y de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, por el presidente Hugo Chávez, además de la nacionalización de la Faja Petrólifera del Orinoco, hecho que mañana martes cumplirá 11 años.

Todas estas líneas vienen al caso por las recientes declaraciones del candidato Henry Falcón quien, sin decirlo directamente, nos vende como solución frente a los problemas de la economía nacional el regreso a algunas de las condiciones que prevalecieron durante la Apertura Petrolera, cuando las compañías foráneas tenían mayoría accionaria en esquemas de negocios que administraban privilegiando los intereses de los grandes consumidores.

Por cierto, al candidato y sus asesores hay que explicarles que el Presidente Chávez no desmontó la Apertura Petrolera de manera abrupta, ni por complejos ideológicos. El camino de la Plena Soberanía Petrolera se recorrió durante varios años, se hizo con pleno conocimiento de las empresas relacionadas con Petróleos de Venezuela (la mayoría de las cuales siguen en el país) y su objetivo fue precisamente la defensa del valor y de la administración soberana de las reservas de crudo y gas. Señores de eso que llaman progresismo, lean un poquito más.

alfredo.carquez@gmail.com
Caracas