Apoyó activamente las causas de Cuba, Bolivia y la de los mapuches de Chile |Fallece Danielle Mitterrand, militante de izquierda y voz de los pueblos oprimidos

Danielle Miterrand

Danielle Mitterrand, viuda del ex presidente francés François Mitterrand (1916-1996), quien falleció este martes a los 87 años, fue siempre una militante de izquierda, voz de los pueblos oprimidos y orgullosa de sus luchas, testaruda hasta el punto de parecer a veces ingenua.

Siempre fiel a sus ideales de izquierda a través de la fundación France-Libertés que creó en 1986, participó activamente en foros altermundialistas y apoyó activamente, entre otras, a las luchas de los pueblos kurdo y tibetano; las causas de Cuba y Bolivia, o la de los mapuches del sur de Chile.

«Mi condición de esposa del presidente me ha colocado en una coyuntura donde se escuchan llamados innumerables de hombres y mujeres oprimidos», explicaba. «El objetivo está claro: un mundo más justo», reafirmó en octubre pasado, cuando su fundación France Libertés cumplió sus 25 años.

En el marco de su lucha en favor de los desheredados, tomó decidido partido en La Paz junto al presidente boliviano Evo Morales enfrentado en 2007 en el debate por una nueva Constitución a líderes secesionistas de ese país.

«¿Vamos a esperar a que Evo Morales corra la misma suerte que Salvador Allende para llorar después sobre la tumba de la democracia boliviana?», cuestionó en ese momento la ex primera dama en un documento público.

Danielle Mitterrand viajó en numerosas ocasiones a Cuba para impulsar proyectos de cooperación, poniendo énfasis sobre todo en temas medioambientales y en especial el derecho al acceso al agua en tanto patrimonio de la humanidad.

También no vaciló en manifestar en numerosas ocasiones su apoyo a La Habana y a Fidel Castro. Gran polémica desató cuando abrazó al dirigente cubano a la entrada del palacio presidencial del Elíseo, durante la visita del líder antillano a Francia en 1995.

Iniciativas como éstas colocaron a veces en posición difícil a la diplomacia francesa y provocaron reacciones críticas de gobiernos extranjeros para los cuales no estaba claro la diferencia entre la «primera dama» y la militante.

En 1989, provocó el malestar de Pekín cuando recibió, en la sede de la fundación en París, al Dalai Lama, jefe espiritual de los tibetanos. En 1990 renuncia a último momento a viajar a los campos de refugiados saharauís en Tinduf, en Argelia luego que el gobierno de Marruecos protestara formalmente.

Fuente/AFP-VTV
Foto/VTV