FAO: Cuba va al frente en el mundo en agricultura urbana

El representante en Cuba de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Marcelo Resende, aseguró este miércoles en La Habana que la isla posee la mayor experiencia mundial en agricultura urbana y periurbana.

La agricultura cubana aún tiene metas por alcanzar, como la reducción de importación de alimentos mediante una mayor producción y que el agricultor tenga mayor autonomía para comercializar sus frutos, además del combate permanente contra los efectos de los huracanes, sequías y otras consecuencias del cambio climático, advirtió Resende.

En visita realizada al huerto organopónico de Alamar, en el este habanero, Resende señaló que en Cuba se dan los dos elementos fundamentales para la seguridad alimentaria, la voluntad política de las autoridades y las políticas públicas implementadas con ese propósito.

Destacó el potencial de recursos humanos y tecnologías que pone Cuba a disposición de la cooperación Sur-Sur, así como su experiencia en la colaboración en esa esfera con países como Venezuela, Haití y República Dominicana.

La visita del representante de la FAO al organopónico formó parte de las actividades de ese organismo por el Día Mundial de la Alimentación, cuya jornada se inició en agosto y concluirá en diciembre próximo.

Resende explicó que en una reunión de su organización con directivos de América Latina y el Caribe se identificaron los mayores problemas de la agricultura urbana en el área, que tienen que ver con la organización de la producción, disponibilidad de agua y gestión con la comunidad y mercado.

Los organopónicos son un sistema de cultivo ecológico urbano muy utilizado en Cuba y otras naciones, y que en el caso de la isla, muchas veces están bordeados de paredes bajas de hormigón rellenas de materia orgánica y tierra, con surcos sembrados y habilitados para riego por goteo.

Estos huertos se ubican generalmente en terrenos ociosos, preferentemente llanos y cercanos a los vecinos que se ocuparán de hacerlos producir, sin dañar el medio ambiente.

En esos canteros se cosechan hortalizas, condimentos frescos y otros cultivos de ciclo corto, para abastecer de alimento fresco a la comunidad y así ayudar a garantizar a la seguridad alimentaria y a la nutrición de la población urbana y periurbana