La Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciarán este martes la última fase de su desarme en Colombia como parte de un acuerdo de paz con el Gobierno, un paso clave para la transición a la vida civil y convertirse en movimiento político.
Las FARC deberá consignar el 40 por ciento de sus armas a la Misión de Naciones Unidas (ONU), responsable de este procedimiento, en los 26 puntos de concentración de unos siete mil combatientes. El otro 60 por ciento lo consignó en las dos últimas semanas.
Según el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, unos cinco mil 800 guerrilleros, incluidos los privados de libertad, y milicianos ya han entregado sus armas a la ONU. “Ya iniciaron su proceso de reincorporación a la vida civil”, dijo.
Tras entregar el fusil, la ONU expide certificados de Dejación de Armas que permitirán a los excombatientes iniciar su tránsito a la legalidad y a movimiento político, cuya definición se realizará durante un congreso del grupo rebelde previsto para agosto.
Posteriormente cada miembro de las FARC “firma un acta compromiso ante la oficina del Comisionado de Paz de no volver a empuñar las armas so pena de perder los beneficios”, recordó Santos.
LAS CALETAS
Después de esta etapa, la ONU “seguirá avanzando con el cuidado necesario y toda la celeridad posible en la extracción de las armas que están en depósitos escondidos de la guerrilla (las caletas), que las cifró en más de 900, explicó Santos el pasado lunes.
Estas caletas deberán ser ubicadas y destruidas por la ONU a más tardar el 1° de septiembre, cuando se logre el desarme total de esta guerrilla.
El acuerdo de paz prevé que las armas de las FARC se fundan y se utilicen para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Cuba y en Colombia.