Fascismo “ordinario”

POR: TULIO MONSALVE

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No hay día de la vida en el que alguien no acuse a otro de “fascista”: prensa, radio, TV, redes, etc. –¿sabrán de qué hablan?- Por eso me refiero al documental que lo explica. Realizado por Mikhail Romm (1965) que utiliza crónicas fílmicas incautadas al ministerio de propaganda de la Alemania fascista, y el archivo fotográfico personal de Adolf Hitler, así como fotos de aficionados halladas a miembros de las SS (escuadras de protección).

Documental histórico, organizado que muestra el surgimiento del fascismo en Alemania de los años 20 como curación a una de las eternas crisis del capitalismo.

Nace por el apoyo del capital financiero y empresariado alemán y de Estados Unidos. ¡Oh casualidad: vigentes! –eternidad que supera las crisis del capitalismo- y sigue mandando hoy. Y el historiador belga-canadiense Jacques R. Pauwels desnuda en su libro El mito de la guerra buena.

Documental impactante, y muy irónico, que revela el carácter populista del fascismo. Descubre efectos de la propaganda en la psicología de masas. Padre de los esquemas de la actual “guerra psicológica” que llega hoy su Cuarta Generación.

Logra convertir al humano en simple máquina de matar. Y, en 2018 vuelve a repetirse bajo esquemas del fascismo “ordinario” y silencioso y vigente y útil.

Impensable Alemania, un país culto, permite que llegara al poder gente semi-analfabeta, presuntuosa y obtusa, que haría todo lo posible por convertir al hombre en un bruto agresivo. Colmo: la “Academia de Ciencias y la Academia de Derecho de Hitler emite decreto y hace del amor a Hitler un hecho legal y su desamor al Führer a usted podía llevar a la cárcel”.

Sus artífices: Coca-Cola y su producto ideado para Adolf Hitler: la Fanta. La IBM y con sus máquinas Hollerith, para realizar el censo de judíos. Imagino para llevar gente al crematorio. Ferdinand Porsche fundador de las firmas Porsche y Volkswagen. Donde cuatro de cada cinco trabajadores de Volkswagen eran esclavos.

IG Farben, conglomerado alemán de compañías químicas, tras la guerra disuelto por los aliados, renace y fabricaba el gas Zyklon B, para las cámaras de gas de Hitler.

El elegante Hugo Boss afiliado al partido nazi en 1931 y patrocinador de los uniformes de las SS, de la Juventud Hitleriana.

Henry Ford, cuyo periódico comenzó una cruzada antijudía, y tenía en Hitler a uno de sus “ilustres” admiradores.

Siemens registra su marca Zyklon, nombre del gas utilizado en las cámaras del Holocausto, y Kodak aportó tecnología. El trumpismo ordinario que lo apoyó: incólume.

tuliomon@gmail.com
Caracas