Por Walter Ortiz|Fascistas con tez demócrata (Opinión)

En una conversación con un amigo, él me comparaba el capitalismo con el excremento. Me decía que esto era así porque con la estela de miseria, pobreza, explotación y degradación del ser humano al simple mote de “mercancía” no podía ser este sistema otra cosa; sin embargo la clase que lo controla pretendía “perfumarlo”, cosa que era imposible por el olor que despide.

Igual pasa con ciertos grupos o personas que, por un lado, se llenan la boca con las palabras “democracia”, “libertad”, “respeto del pensamiento distinto”; pero que, en lo que sale algo que les toca la fibra fascista que es lo que verdaderamente poseen, inmediatamente se dan el lujo de hacer el mayor ruido posible.

Este ruido no fue para tomar postura por “el sacudón” anunciado por el presidente Nicolás Maduro, tampoco fue para opinar o fijar posición por estos seis meses previos de intento de salir del Gobierno por la vía extraconstitucional; menos fue para dar algún aporte o rechazar de plano la lucha que ha emprendido el Estado contra el contrabando, sin duda uno de los factores que afecta la economía nacional.

Nada de lo anterior. Resulta que durante el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), María, delegada democráticamente elegida por esta organización política, cometió el “pecado” de expresar su amor al comandante Hugo Chávez, como algo natural del ser humano, utilizando fragmentos del “Padre Nuestro”.

Pues bueno, para sorpresa de una sociedad del siglo XXI, cuyas instituciones se suponen acordes a los tiempos que vivimos, una jauría de fascistas, esos mismos que se disfrazan cuando hay una elección de demócratas, de que el pueblo y el individuo deben ser libres; ahora actuando como tribunal de la Inquisición, hasta un comunicado condenando semejante “blasfemia” se atrevieron a publicar, atentando contra una mujer humilde que solo estaba expresando el sentir de millones de seres humanos, mas allá de estas fronteras.

Caben algunas preguntas: ¿Cuál fue el papel de los jerarcas de estas “sacrosantas instituciones” ante las dictaduras del Cono Sur (Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay) del siglo pasado? ¿Qué postura tomaron ante dictaduras como la de Francisco Franco en España o el genocidio de Adolfo Hitler en Europa? ¿Por qué no es pecado participar activamente en un golpe de Estado, como el de abril de 2002? ¿Cómo condenaron a sus participantes?

Caray, si así defienden la libertad, acosando a un ser humano humilde y defensor de la causa de los pueblos, que dejaran si fuesen Gobierno…

¡Un abrazo para María, les dio un gancho en el hígado a los fascistas!

walter1982@gmail.com