Sólo los reflejos del piloto brasileño Felipe Massa impidieron que atropellara hoy en la calle de boxes con su Williams al actual jefe de su ex equipo Ferrari, Maurizio Arrivabene, durante las pruebas libres del GP de Austria.
Una violenta frenada evitó el impacto, que pudo haber tenido graves consecuencias para el hombre fuerte del equipo italiano, que circulaba por la pit-lane casi como si estuviera de paseo cuando Massa salía de boxes rumbo a la pista.
Ambos equipos de la Fórmula 1 son «vecinos» en la línea de boxes, lo cual explica en parte la maniobra poco feliz, que se saldó con un abrazo entre ambos protagonistas, antiguos compañeros de equipo en la escudería de Maranello.
«Son cosas que pasan, sobre todo cuando estás apurado», comentó luego y más distendido Arrivabene, quien confesó que «Felipinho» le dijo: «Menos mal que era yo y no tu enemigo», aunque sin aclarar a quién se refería.
Más allá del susto la primera sesión de ensayos del octavo GP del calendario había comenzado mal para Ferrari, por un problema técnico en los frenos delanteros de la máquina de Sebastian Vettel que amenazaba con complicarle el día al alemán.
Pero, como reza el dicho, el que ríe último, ríe mejor, y el tetracampeón mundial terminó cerrando la jornada con el tiempo más veloz en pista, aventajando a su compatriota Nico Rosberg, quien por la mañana marcó el ritmo con Mercedes.