Niballi sigue en la punta del giro galo|Francés Tony Gallopin gana undécima etapa del Tour de Francia

Tony Gallopin se hizo con el triunfo en la undécima etapa del Tour de Francia que este miércoles transcurría entre Besançon y Oyonnax después de 187.5 kilómetros de recorrido. El francés abrió hueco en los metros finales junto a Sagan, Kwiatkowski y Rogers. El del Lotto atacó y el Cannondale no quiso tomar la responsabilidad de ir a por él, que terminó ganando la partida. En la general, sin cambios. Nibali sigue al frente seguido de Richie Porte y Alejandro Valverde.

En un día que aparentaba ser intranscendente para el pelotón, surgió un héroe: Andrew Talansky. El estadounidense se despidió de manera definitiva de cualquier opción de pelar por hacer algo importante en la general. Perdió más de media hora, pero ganó el aplauso de todos los aficionados y el respeto máximo de sus compañeros.

Porque lo que vivió el último ganador del Dauphiné fue un auténtico calvario. Aquejado de sus dolencias derivadas de las caídas de los últimos días, el ciclista del Garmin se descolgó del pelotón. Pensó en abandonar por recomendación de sus directores, pero, tozudo como pocos, Talansky decidió volver a montarse en su bici y seguir pedaleando, aunque entre lágrimas.

Comenzaba entonces su ‘vía crucis’ particular: cerca de 80 kilómetros totalmente solo y con la posibilidad de llegar más tarde de los establecido. Pero lo consiguió. Cruzó la meta a 32:05 de Tony Gallopin salvando el fuera de control y provocando el delirio de los que quisieron esperarle y darle ánimos.

Para entonces, hacía ya mucho que el gran grupo había pasado por allí. El primero en hacerlo fue Gallopin. El francés, que en Mulhouse se vistió de amarillo y lo cedió al día siguiente, como estaba previsto, en la dura etapa de La Planche, fue el que más lo intentó. Lanzó un ataque en el repecho final y en el descenso se lanzó a por el triunfo junto a Sagan, Kwiatkowski y Michael Rogers. Malos compañeros de fuga, pero el del Lotto sabía que tenía una oportunidad.

Entre tantos pesos pesados, Gallopin decidió que era su momento. Quedaban cerca de 2 kilómetros para la meta y atacó sin dudarlo dos veces. Sabía que la clave de su triunfo residía en la indecisión de sus compañeros de partida. Y así fue. Sagan (y ya van unas cuantas veces las que le ha pasado esto) no quiso hacer todo el esfuerzo y Kwiatkowski tampoco. Rogers rodaba como espectador de lujo y, con este panorama, el del Lotto se presentaba en la línea de llegada alzando los brazos.

A sólo unos metros de diferencia llegaban el resto de corredores, aunque algunos, de manera escalonada. Fue el caso de Rui Costa, que llegó a 1:36 despidiéndose, casi de manera definitiva, de toda opción por colarse en el podio de París. Un podio que en estos momentos siguen comandando Nibali, Porte y Valverde. Los tres volverán a gozar, ‘a priori’, de una jornada similar este jueves antes de la alta montaña del viernes y el sábado.

T y F / Marca