El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, admitió que el crecimiento económico del país es demasiado débil, tras conocerse que el Producto Interno Bruto (PIB) subió 0,4 por ciento en 2014.
En este contexto, Sapin expresó a la prensa que el indicador se comportó en línea con las previsiones del Gobierno.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadísticas y de Estudios Económicos (Insee) de Francia divulgó las primeras estimaciones sobre el PIB durante al año pasado, al señalar un comportamiento similar al de 2013.
El consumo de los hogares avanzó un punto, mientras que la inversión total cayó 1,6 por ciento, el doble que el retroceso registrado en el ejercicio precedente.
Según el Insee, la inversión retrocedió tanto en los hogares como en las administraciones públicas, en un contexto de crisis económica.
En los últimos reportes, la Comisión Europea (CE) se enfocó además en el tema del déficit fiscal, uno de los objetivos que más presiona al Gobierno francés, ante la lejanía del tres por ciento del PIB, exigido por autoridades comunitarias europeas.
El desbalance se encuentra actualmente en el 4,6 por ciento del PIB, una cifra a la que el Ministerio de Finanzas calcula rebajarle al menos 0,5 por ciento en 2015. Solo en 2017 espera llegar a cumplir la meta establecida.
Acorde con la Comisión, este año el déficit se situará en el 4,1 por ciento del PIB, todavía lejos de lo exigido.
Sobre el nivel de endeudamiento, expertos señalan que el débil crecimiento de la economía es uno de los elementos que más pesa sobre el incremento de una deuda pública que supera los dos billones de euros.